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Raphael es uno de los miles de migrantes que cruzaron el Atlántico.
Llegaron a Brasil y después viajaron por nueve países hasta llegar a Tijuana, la frontera entre México y Estados Unidos.
La antesala del sueño americano, pero la agenda política de Estados Unidos cambió y endurecieron las condiciones migratorias.
“Muchas personas no traen dinero, cómo se dice, amigo por favor dame, dicen, pues me voy aquí, mucho difícil, me voy a México, y con haitianos se fueron a Estados Unidos, se fue para Haití, mucho problema porque el dinero se fue”, señaló Raphael Remozado, migrante de Haití.
Ante la posibilidad de que un número importante de migrantes transcontinentales se queden a vivir en Baja California, la Secretaría del Trabajo estatal informó que se buscan esquemas que permitan integrarlos a la vida social y laboral.
“El asunto es despresurizar los albergues, necesitamos que la gente que decida quedarse en México, que lo haga y si no que las autoridades migratorias tomen la definición que les corresponda, para quien no desea hacerlo”, indicó Juanita Pérez Floriano, secretaria de Trabajo y Previsión Social.
Algunas empresas maquiladoras analizan la posibilidad de contratar a los refugiados en Tijuana, para sus procesos de producción.
“Es gente que está acostumbrada al trabajo pesado y es lo que buscamos”, dijo Claudia Carrillo, recursos humanos.
En los albergues de ayuda a migrantes, en Tijuana, se estima que hay más de tres mil afrodescendientes, la mayoría ya no quiere asistir a las entrevistas con autoridades migratorias de Estados Unidos, por el temor a ser deportados.
Con información de Alberto Gómez.
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