Tras publicarse en el Diario Oficial de la Federación la eliminación del programa de Escuelas de Tiempo Completo, la secretaria de Educación, Delfina Gómez, confirmó el anuncio durante la conferencia de prensa en Palacio Nacional.
Para muchos padres y madres de familia, este tipo de escuelas con actividades adicionales y acceso a alimentos era lo que les permitía trabajar para mantener a la familia.
“Estamos viviendo en una sociedad que se preocupan por que los padres criemos hijos como si no trabajáramos, pero nos exigen que trabajemos como si no tuviéramos hijos; los horarios escolares eran como esa bocanada de aire para que nosotros pudiéramos cumplir una jornada laboral completa”, dijo Diana Mercado, madre de familia de una escuela de Tiempo Completo, en CDMX.
Diana Mercado, quien lleva a su hija a una escuela de tiempo completo ubicada en la zona de Tlatelolco, en la Ciudad de México, dice que le inquieta el anuncio de las autoridades de educación sobre la desaparición de este programa; es el mismo caso de Susana, ella tiene dos hijos en un plantel de tiempo completo y asegura que su rutina quedara trastocada con la reducción del horario, que actualmente opera de las ocho de la mañana a las dos y media de la tarde.
“A veces ya tienes el tiempo contado para hacer tus cosas”, dijo Susana Sánchez, madre de familia.
La escuela Fray Bartolomé de las casas, de la alcaldía Cuauhtémoc, es una escuela de tiempo completo con ingesta de alimentos; imparte clases de las 8 de la mañana a las 4 de la tarde. Antes de la pandemia, los alumnos recibían una comida caliente al día.
“Es una ayuda, a la hora que nosotros salimos pasamos a recoger a nuestros pequeños, tenemos la certeza de que ya comió de que está bien”, dijo Jorge Alberto Soto, padre de familia de un estudiante de la escuela Fray Bartolomé de las Casas en CDMX.
“Aquí de 250 niños qué hay, aseguro que 200 son los papás que trabajamos”, comentó Gloria Hernández, una madre de familia de una escuela de Tiempo Completo, en CDMX.
El programa Escuelas de Tiempo Completo inició en el ciclo escolar 2007-2008; desde entonces la evaluación entre los padres de familia es positiva. Así lo expresaban en 2015 en la escuela Juan Ortiz Murillo de Morelia, Michoacán.
“Damos el taller de español, el taller de este teatro, el taller de música, el taller de canto y poesía a parte pues tenemos inglés, computación y danza. Venimos trabajando también lo que son proyectos productivos”, expuso Carmen Olvera, exdirectora de la primaria Licenciado Juan Ortiz Murillo.
“Nos enamoramos del proyecto de la escuela. Después de las horas comunes de la escuela le entraban a cultivar hongo, a limpiar”, compartió Diego Ortiz, padre de familia.
El lunes, en el Diario Oficial, se confirmó la modificación de las reglas de operación del programa. Su presupuesto, que en 2020 fue de 5 mil 270 millones de pesos, pasará al programa La Escuela es Nuestra, dedicado a mejorar la infraestructura de planteles.
“Realmente todavía faltan muchas escuelas para poder mejorar las instalaciones básicas, que es agua, que son cuestiones de aulas, que son sanitarios, que eso era algo que se pedía y se reclamaba; se está haciendo un análisis de cómo podemos precisamente trabajar el aspecto que estaba dentro de la escuela es nuestra, que era lo de tiempo completo y alimentación. sí sé que de momento puede causar alguna inquietud o, ¿por qué no?, alguna molestia”, apuntó Delfina Gómez, secretaria de Educación.
La organización Mexicanos Primero informó que con esta medida se elimina el apoyo de alimentación a 3.6 millones de menores.
“Si se hiciera algún cambio, obviamente va a impactar. pero ahora si tendríamos nosotros que esperar a ver que nos dicen”, indicó el director de una primera en Escuela de tiempo completo.
“Al desaparecer el programa, la integración de las mamas al mundo laboral se complica más. ya le habían quitado las instancias infantiles bajo el supuesto argumento de corrupción que nunca se probó y ahora se quitan las escuelas de tiempo completo donde antes tenían las mamas la seguridad de que sus hijos estaban en la escuela en una jornada mas amplia”, señaló Marco Fernández, especialista en educación.
Durante la pandemia, los recursos del programa “La Escuela es Nuestra” fueron destinados a proveer agua potable a planteles que carecían de ella y que tenían alta población escolar, detectados principalmente en zonas rurales del país.
“La Auditoria Superior de la Federación hizo la primera revisión de este otro programa; solo alcanzó a revisar el 16% de las escuelas beneficiadas. De esa revisión encontró que en el 50% de ellas hay anomalías en el uso de los recursos públicos”, aseguró Marco Fernández, especialista en educación.
Con información de Raymundo Pérez Arellano, Dafne Mora y Carlos Moreno.
LLH
