La inflación de la Unión Europea, más concretamente la zona euro, se aceleró a 2.1 por ciento durante el mes de septiembre, desde el 2.0 por ciento del mes anterior. Sin embargo, la medida de inflación subyacente, que excluye a los alimentos, bajó inesperadamente, del 1.2 por ciento al 1.1 por ciento.
Una lectura de inflación seguida por los economistas, que también excluye al alcohol y al tabaco, bajó al 0.9 por ciento desde el 1 por ciento, por debajo de lo esperado.
La inesperada caída en la inflación subyacente podría causar preocupación en el Banco Central Europeo (BCE), mientras la institución se prepara para retirar los estímulos a la economía.
Esto no sólo se quedó por debajo de las proyecciones del mercado, sino que parece un desafío para la propia visión del banco central de que la inflación subyacente se acelerará hacia finales del año tras haber estado estancada cerca del 1 por ciento por algún tiempo.
De acuerdo con informes del BCE, la economía de la zona euro ha experimentado cinco años consecutivos de expansión, impulsada por el estímulo de compra de bonos y una reactivación de la economía mundial.
El BCE está retirando sus estímulos de compra de bonos lentamente, con la esperanza de haber hecho lo suficiente para impulsar el crecimiento y la inflación incluso pese a que la presión sobre los precios sigue siendo débil.
Sin embargo, se han formado nubes en el horizonte, ya que Estados Unidos y China amenazan con intensificar su guerra comercial global, al tiempo que la preocupación sobre las finanzas públicas de Italia prevalecen entre los inversionistas
En el corto plazo, se espera que el impulso económico mundial se modere”, dijo el BCE en un boletín. “Es probable que aumentos adicionales de los aranceles e incertidumbres sobre futuras relaciones comerciales pesen en el impulso económico mundial en el futuro”, agregó.
Los indicadores de confianza de la Comisión Europea revelaron la creciente inquietud entre los directivos de la industria, que han revisado a la baja sus expectativas de producción este mes, y también entre los consumidores, que cada vez son menos optimistas sobre su situación financiera y laboral.
El índice de la confianza económica en conjunto cayó por noveno mes consecutivo en septiembre y no alcanzó las expectativas de los economistas. El indicador se situó en 110.9 en septiembre, desde los 111,6 de agosto, y no alcanzó una previsión de 111.2.
Con información de Reuters
asa.
