Indígenas mayas de Yucatán iniciaron la reforestación de las selvas yucatecas destruidas por incendios forestales, desarrollos urbanos, agricultura, ganadería y tala ilegal.
De acuerdo con el inventario forestal y de suelos, Yucatán cuenta con cuatro millones de hectáreas de las que el 80 por ciento, es decir, tres millones 200 mil se consideran áreas forestales.
En los últimos 20 años, más de 300 mil hectáreas fueron destruidas.
El primer paso para la reforestación es sembrar 250 mil plantas de maderas preciosas nativas, que sirven para minimizar los efectos negativos del cambio climático y reducir la huella ecológica causada por la destrucción.
Están talando árboles, toda la vegetación se está yendo y no tenemos una oxigenación viable, es bueno que se tomen medidas antes de que ya no se pueda hacer nada por el planeta”, alertó Angélica Aceh, indígena yucateca, quien colabora en las labores de reforestación.
Plantas como el ciricote, balché, caoba y maculis, entre otras, sirven de alimento a fauna silvestre, son maderables, de gran importancia para la producción de miel, medicina tradicional y para la construcción de casas.
Debido a su elevado costo en el mercado, este tipo de maderas preciosas fueron explotadas para venderlas.
El programa de reforestación que se lleva a cabo en coordinación con autoridades ambientales, servirá para incrementar los ingresos y mejorar la calidad de vida de la población rural, además de contribuir con el medio ambiente.
Con el aumento de la temperatura, sobre todo con las planchas de concreto, asfalto en las ciudades, se hacen necesarios los programas de reforestación de este tipo en las zonas urbanas”, destacó Antonio Pani, encargado de conservación de recursos naturales en Yucatán.
Al sembrar, los indígenas mayas podrán reutilizar recursos maderables para construir sus viviendas.
Con reciclaje de la misma madera que se saca, se hace un aprovechamiento sustentable, para no desperdiciarlo”, dijo Jorge Chi, habitante.
Las plantas nativas de Yucatán que se siembran crecen en tres años.
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Con información de Alejandro Sánchez
LHE
