ARTE Y CULTURA

INAH resguarda oro y joyas prehispánicas encontradas por pescador en Veracruz

Junto a las playas de Veracruz, a la altura de la desembocadura del río Medio a 800 metros mar adentro, en 1976, el señor Raúl Hurtado, un humilde pescador dedicado a la captura de pulpos, localizó en el fondo del mar a muy poca profundidad un lote de oro y joyas prehispánicas.

Tenía 26 años de edad cuando la fortuna toco su arpón.

Hugo Sánchez, pescador y amigo de Raúl Hurtado, dijo: “Como era nuestro compañero de trabajo que hace poquito falleció, él me contó personalmente que iba siguiendo un pulpo en lo hondo, entonces ese pulpo cuando están fuera de su cueva nadan duro, intentó alcanzarlo y se fue a un acantilado y en vez de agarrar el pulpo volteó a un lado y ahí estaba el tesoro”.

Para el pescador, en primera instancia al golpear el arpón con el metal extrajo una pieza, un lingote de oro que por desconocimiento creyó que se trataba de un metal antiguo.

Hugo Sánchez, pescador y amigo de Raúl Hurtado, destacó: “Ya lo tenía como si fueran piedras porque no sabía que fuera oro, o no fuera oro, entonces un lechero le compró una pieza, un médico otra, un señor que le compró un pectoral y ese si se fue de aquí”.

Fue un amigo del pescador quien detectó que lo que tenía en su casa como un simple metal, era oro.

Esto lo motivó a regresar al sitio donde ubicó el metal y encontró 42 piezas prehispánicas de oro, así como 23 lingotes del preciado metal.

El pescador nunca pudo disfrutar de la fortuna que pasó por sus manos, fue descubierto y apresado por robo a la nación.

El señor Raúl Hurtado murió el pasado viernes, en la casa donde habitó toda su vida. Cercanas a las playas donde realizaba su labor.

Fue despedido junto a su lancha llamada ‘El tonto soy yo’.

Desde 1991 las joyas del pescador están bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Julio Ignacio Martínez, delegado del INAH en Veracruz, dijo: “Son 65 piezas, algunos 23 lingotes o barras de oro, las otras son piezas diversas entre el chimal que es el escudo y otras piezas menores, algunas de dos de ellas son de barro, pero en general son pequeñas piezas de oro. Se presume que el origen es de Oaxaca y que en el tránsito de Oaxaca hacia acá debió perderse sobre todo en una embarcación colonial que ya las llevaba probablemente a España”.

Los lingotes tienen dos X y una C que era como se identifica a la corona española. Era probablemente el pago que se hacía.

Las piezas en poder el INAH volverán a ser exhibidas en el Baluarte de Santiago en cuanto terminen los trabajos de restauración de este sitio histórico.

Se analiza poner el nombre de quien encontró las llamadas joyas del pescador a la exposición.

Se espera que antes de que concluya la administración federal sea reabierto al público este lugar donde se exhiben las joyas del pescador.

Con información de Víctor Medina Piña

LSH