CRIMEN Y SEGURIDAD

Iglesias en México se unen en oración para pedir que termine la violencia

En la Iglesia de la Sagrada Familia se incluyó la imagen de Miguel Agustín Pro, fusilado por autoridades en 1927, durante la Guerra Cristera.

  • Por la mañana de este domingo, distintas congregaciones se sumaron al reclamo por la paz en nuestro país.
  • En Chihuahua, al menos 300 parroquias, iglesias y misiones católicas participaron en esta oración.

Este domingo 10 de julio de 2022 inició la Jornada de Oración por la Paz, por lo que todas las iglesias de México fueron convocadas por la Conferencia del Episcopado Mexicano para orar por los sacerdotes asesinados por diferentes causas y colocar sus fotografías en su memoria.

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En la Iglesia de la Sagrada Familia se incluyó la imagen de Miguel Agustín Pro, fusilado por autoridades en 1927, durante la Guerra Cristera.

Durante las homilías, también se hizo un enérgico llamado.

“No nos acostumbremos a la violencia. No nos acostumbremos a estos escenarios de muertos y desaparecidos; sigamos indignándonos que tenemos noticias de esta índole la violencia, es responsabilidad de todos buscar una solución y una cura para sanar el lugar que vivimos, para buscar y procurar la paz, cada uno desde nuestra propia condición y obligación”, dijo el monseñor Andrés Luis García Jasso, obispo auxiliar.

“Ante el problema tan complejo de la violencia, necesitamos tender puentes, construir espacios, disponernos a escuchar para que a través del diálogo podamos encontrar caminos de paz”, indicó Jorge Atilano, padre de la Iglesia Jesuita de la Sagrada Familia.

Por la mañana, distintas congregaciones se sumaron al reclamo por la paz en nuestro país.

“En memoria del padre ‘Gallo’ y del padre Carlos Vigil y de todos los sacerdotes que están sirviendo a la gente con mucho corazón”, dijo Rosalía Real, testimonio.

“Es hora de buscar la reconciliación, la paz, el fin de la impunidad, es hora de decir basta a esa polarización y de recordar que hay gente de bien que también ya está siendo sacrificada por esa espiral de violencia a la que nos han acostumbrado”, aseguró Alberto Pérez, testimonio.

Vestidos de blanco, colocaron veladoras, flores, fotografías en la explanada donde se ubica la Estela de Luz, sobre el Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México.

“Este lugar simboliza el lugar de la violencia en el país, entonces pues ahora los jesuitas también traemos a nuestros muertos a este espacio, a los sacerdotes asesinados y nos unimos al dolor de muchas familias por lo que han sufrido tanto en desapariciones, como en asesinatos, se les pidió veladoras para hacer memoria de que esas muertes son una luz en estos momentos de esperanza”, expresó Jorge Atilano, asistente del padre provincial para las obras sociales.

De manera simbólica pintaron sus peticiones.

 

“Coloqué ‘Permanecer unidos’, es nuestro santo y seña ‘indivisa manent’ lo unido permanece, se pueden romper muchas cosas a lo largo de nuestra historia, de nuestro tiempo. Sin embargo, con un poco que permanezca unido puede volver a soldar el hueso roto y con eso es suficiente es un signo de esperanza, con la unidad todo es posible”, dijo Francisco Avena, de la Confederación Nacional de Escuelas Particulares y Red Educativa La Salle.

En tanto, en el editorial del Semanario Desde la Fe, señaló: “Hoy es el momento de actuar. A Dios rogando y con el mazo dando: asumamos todos la tarea de construir la paz, desde la familia, desde las aulas, desde nuestras comunidades vecinales y círculos sociales, buscando siempre la unidad nacional”.

Durante todo julio se celebrarán misas en lugares significativos de la República Mexicana, que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta en México.

Así fue la jornada en varios estados de México

 

En Chihuahua, al menos 300 parroquias, iglesias y misiones católicas participaron en esta oración, para recordar a los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora asesinados en Cerocahui.

“Nos tocó muy directo con el asesinato de los jesuitas en Cerocahui, pero que no se vaya a interpretar que si no hubiera sido esto los obispos no habían levantado la voz, tenemos más de 120 mil muertos por la violencia”, dijo Gustavo Sánchez Prieto, vocero del Arquidiócesis de Chihuahua.

La Diócesis de Saltillo pidió tejer nuevas relaciones marcadas por la fraternidad.

En Colima cientos de personas se unieron a esta jornada por la paz en templos, parroquias y capillas.

“Urgentemente sí por tanta cosa que está pasando, pues pedir por todos y ahora por los sacerdotes que fueron asesinados, ahora sí que está muy destruido todo esto”, afirmó Óscar, habitante.

El arzobispo de Tulancingo, Hidalgo, Domingo Díaz Martínez, dijo que es urgente evaluar la estrategia para enfrentar a la delincuencia.

“Hay que buscar, si no les funciona un programa, unos objetivos, unas estrategias, unos objetivos, los criterios si no les funciona pues hay que cambiarlos, hay que cambiarlos y hay que buscar pues vivir en paz”, dijo Domingo Díaz Martínez, arzobispo de Tulancingo, Hidalgo.

Desde el altar mayor de la catedral de la Ciudad de Puebla se recordó a los sacerdotes que han sido asesinados, pero también se pidió por las mujeres y comunicadores que han sido violentados.

La Arquidiócesis de Xalapa, Veracruz, pidió que esta jornada de paz no solamente se quede en oración sino se traduzca en acciones.

“Esto tiene que como una ola repercutir en acciones muy concretas en los hogares, en las familias, en las instituciones”, expresó José Manuel Suazo, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa.

En Guerrero en las iglesias de Acapulco y Chilpancingo se pidió porque la sociedad sea corresponsable en la construcción de la paz.

La Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, pidió a los chiapanecos crear espacios de paz en donde se fomente la unidad social y familiar.

“No nos queda más que orar y también participar en algunas marchas por la paz, por supuesto hay que trabajar por la paz”, dijo Raúl Barrera, feligrés.

Las iglesias de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, también se unieron para honrar la memoria de todas las víctimas de violencia.

“Estamos muy necesitados de esta paz y esta paz no es realmente la ausencia de los conflictos entre los hombres, sino realmente que el Señor reine en nuestros corazones”, dijo Cintia Chable, habitante de Mérida.

Para la eucaristía del 31 de julio se pedirá por los victimarios y la conversión de sus corazones.

Con información de Farah Reachi y Corresponsales Nacionales

HAVJ-JLR