En Guanajuato, el descenso del nivel del agua de la presa ‘La Purísima’ por la intensa sequía, ha hecho que reaparezca la nave de la iglesia del poblado de Zangarro, el cual fue inundado en 1979 cuando se construyó.
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Eso es lo que queda de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, construida en el siglo XIX en lo que fue el pueblo de Zangarro, en Irapuato, Guanajuato.
La comunidad de mil 200 hectáreas desapareció en 1979 cuando se construyó la presa “La Purísima” por órdenes de presidente José López Portillo, después de la inundación de Irapuato, tras el desborde de la presa ‘El Conejo’ el 8 de agosto de 1973.
“Tenía un atrio muy grandote, estaba muy bonito, estaba muy compuesto. Allí vivíamos, todavía me acuerdo de allí me pasaron pa’acá”, dijo Francisco Santana, habitante de Zangarro.
42 años después, la iglesia resurgió, por los bajos niveles de la presa que se encuentra por debajo del 25% de los 110 millones de metros cúbicos que puede almacenar.
“Esto pues desde finales del año pasado no logró captar agua y obviamente ya no habido lluvias este año y no ha subido su nivel, al contrario, su nivel tiende a bajar”, comentó Francisco Gutiérrez Michelle, secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato.
Ahora no solo se puede observar la iglesia sino también parte de lo que era el mercado, la plaza central y lo que fue una escuela.
“Muy bonita, era una chulada, ahí no sufríamos de nada teníamos todo, todo, todo, no comprábamos nada, teníamos de toda clase de verduras, frutas todo”, comentó Francisco Santana, habitante de Zangarro.
Para los habitantes de esta zona del Bajío mexicano volver a ver las ruinas de su antiguo pueblo los llena de nostalgia.
“Era el Zangarro, el Zangarro viejito, no pues era otro ranchito ahí era acá el Zangarro. Ahorita está muy baja, muy baja le han sacado agua, por ahorita le hace falta mojarra, también harta mojarra porque ahorita que le abran al canal se va mucha mojarra”, comentó Juan Manuel Sánchez, pescador de la presa La Purísima.
Aseguran que los entristece más saber que si no llegan las lluvias se quedarán sin sustento decenas de familias de pescadores y agricultores que dependen del agua de la presa “La Purísima”.
“Pero como nos afectó muchos como hubo como no llovió, más que nada la presa, afectó muchos porque no llovió. Es que nos afecta mucho que la cantidad del agua se calienta mucho y es donde se muere tanto el pescado”, concluyó Sandro Olmos, pescador.
Con información de Édgar Tamayo
KAH
