SALUD

Hipotiroidismo congénito sin diagnóstico afectó a dos jóvenes en Veracruz

Si los jóvenes hubieran sido sometidos a la prueba del tamiz neonatal, su vida sería distinta

A Gilberto y Hermila los conocimos hace tres años durante un recorrido por la comunidad Los Mangos, en la zona sur de Veracruz.

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Tenían entonces 29 y 27 años de edad, respectivamente. Nadie sabía qué ocurría con ellos.

A los pocos años dejaron de crecer, nunca caminaron, tampoco hablaron y son incapaces de valerse por sí mismos.

Gloria Domínguez, madre de Hermila, relató: “Yo la baño, yo la visto, yo la aseo, yo la peino, yo le doy de comer”.

Carmen Martínez, madre de Gilberto, contó: “A los dos años él ya no se podía detener, se iba ‘pa’ tras’ y ‘pa’ tras’”.

En busca de apoyo y asesoría acudimos al Hospital de Alta Especialidad de Veracruz.

En pocas horas Gilberto y Hermila fueron diagnosticados.

Raúl Espinosa Palencia, jefe de la División de Pediatría del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz, informó: “El diagnóstico de estos dos jóvenes es de hipotiroidismo congénito. Y consecuentemente a que no han recibido ni diagnóstico ni tratamiento su cerebro se desarrolló mal, desarrollaron lo que se conoce como ‘cretinismo’, que es un retraso mental profundo, consecuencia de la falta de la hormona tiroidea”.

Hace unos días regresamos a Los Mangos para visitarlos y conocer su estado de salud luego de haber sido sometidos a tratamiento.

Los cambios en Hermila son evidentes.

Gloria Domínguez, madre de Hermila, refirió: “La última vez que la llevé me dijo el doctor que había crecido, parece que cuatro centímetros. Cuando vinieron estaba más chiquita, desde que la llevamos allá ya no la llevo al doctor a cada rato”.

Gilberto avanza, pero a ritmo más lento.

Carmen Martínez, madre de Gilberto, indicó: “Hasta ahorita ya va un poquito mejor, ya creció otro poquito, ya no está igual, ya puede tomar el agua. Se toma un vaso de agua y ya no se le atora”.

Raúl Espinosa Palencia, jefe de la División de Pediatría del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz, explicó: “Quizá Hermila tenía algún remanente de glándula tiroides y quizá eso le pudo haber ayudado a producirle un poquito más de la hormona tiroidea y la afectación es diferente en cada niño. En este caso ya adultos Hermila ya camina y pues Gilberto no. Gilberto tenía un retraso más profundo que Hermila”.

De continuar con su tratamiento, Gilberto y Hermila seguirán mejorando su calidad de vida, pero jamás revertirán los daños que presentan.

Si ellos hubiesen sido sometidos a la prueba del tamiz neonatal, su vida sería distinta.

Raúl Espinosa Palencia, jefe de la División de Pediatría del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz, señaló: “Por eso la importancia de que todos los niños entre el segundo y quinto día de nacidos sean llevados a su Centro de Salud para que se les tome la muestra de tamiz. El justificante de Hermila y Gilberto es la pobreza, el poblado aislado, alejado de la ciudad. Ignorancia completamente”.

Por ley, desde 1988, todo recién nacido en México debe ser sometido a la prueba del tamiz, que es un procedimiento efectivo para el diagnóstico precoz de diversas enfermedades como hipotiroidismo congénito.

Con información de Oscar Hernández.

RAMG