ECONOMíA

Helado de chapulines conquista el paladar de los neoyorquinos

El consumo de insectos comestibles como los mexicanísimos chapulines, se populariza en la Gran Manzana, en una colorida heladería del West Village en Manhattan.

Es un helado de vainilla con tres diferentes chiles, con un caramelo de mezcal, obviamente oaxaqueño, y los chapulines con chile arriba.

El helado de chapulines está conquistando el paladar multicultural de la ciudad. Cuesta 12 dólares y supone en si un almuerzo por su gran tamaño, las calorías y el alto contenido de proteína de los insectos cubiertos con chile.

“Escogí el de chile, porque tienen el que es normal y este tiene chilito y, de veras que es una textura y sabor que se presta muy bien”, asegura Fany Gerson, repostera y fundadora de La Newyorquina.

Sí, me encantan los chapulines. Su textura es como de cecina de res, pero saben mejor, son más sabrosos los saltamontes”, asegura una cliente de La Newyorquina.

Hace siete años, Fanny Gerson, originaria de la ciudad de México, puso en el mapa gastronómico de Nueva York la paleta helada artesanal, que elaboraba a mano, entonces, por docenas en cinco sabores y las vendía en la calle en un carrito.

En la actualidad el negocio cuenta con varios locales que venden no sólo las paletas en 50 sabores, sino helados de garrafa y las populares chamoyadas.

Es hecho a base de frutas. Es un tipo entre raspado y nieve como un “slushy”, el más popular es el de mango y tiene capas de chilito, chamoy y luego son capas, capas, capas en un vaso.

Estos dulces mexicanos continúan conquistando Nueva York y conectando los dos México. Se calcula que Fanny vende promedio todos los días unas mil paletas y su misión de hacer feliz a quien las consume continúa creciendo.

Con información de Marisa Céspedes

HVI