La intención del gobierno del estado para colocar en criptas los cuerpos que resguardaban en cajas frías de tráileres encontró su primera resistencia.
En el panteón municipal número 3, de El Salto, Jalisco, ubicado a 30 kilómetros de la capital, una decena de vecinos clausuró la entrada principal.
Se oponen a que más de 400 restos humanos sean depositados en gavetas acondicionadas por las autoridades durante los últimos días.
“Por qué tomamos el panteón, porque no queremos ni un cuerpo. Cómo es posible que se le dé derecho a un cuerpo que no es de aquí, que es ajeno y en malas condiciones y aquí no se tenga una solución. Si no protestamos ni siquiera nosotros vamos a tener espacio acá”, dijo Juan Cante, habitante de El Salto, Jalisco.
Son dos mil gavetas construidas hace 20 años que nunca se habían acondicionado hasta hace unos meses. Los habitantes aseguran que el depositar aquí cientos de restos podría provocar una crisis sanitaria.
“En el fondo se ve apenas un tubo que se supone que es el drenaje. Mi pregunta es ese drenaje hacia que drenaje escurre. Le puedo mostrar la salida, sale hacia el terreno del vecino. Es ahí donde ese temor tenemos, que esos líquidos de difuntos, de gases, de demás salgan y al rato el pueblo los esté respirando”, apuntó Juan Cante.
Hasta el momento, las autoridades no han colocado ningún cuerpo en las gavetas del panteón de El Salto. Donde sí han inhumado 92 cuerpos es en las gavetas del panteón de Guadalajara.
El Salto tiene una población de 147 mil habitantes y sólo dos panteones. Los ciudadanos aseguran aquí no se podrán depositar los cuerpos que el gobierno del estado resguardaba en tráileres por falta de espacio en el Semefo estatal.
“Nosotros tenemos siete delegaciones y nada más una tiene cementerio. Seis no tienen cementerio, todos los cadáveres vienen a dar aquí. No vamos a permitir que se entierre ni un cadáver, cueste lo que cueste”, afirmó Jesús Rubalcaba, integrante de Vecinos Unidos de El Salto, Jalisco.
Con información de Raymundo Pérez Arellano y Víctor Olvera.
LLH
