CRIMEN Y SEGURIDAD

Habitantes de Jerez, Zacatecas, abandonan sus casas tras amenazas del crimen organizado

Dicen que el desplazamiento comenzó en marzo del año pasado cuando hombres llegaron al lugar haciéndose pasar por ingenieros que buscaban lotes con bardas altas para guardar maquinaria

  • Pidieron ayuda al Ejército para volver a sus casas y recuperar algo de su patrimonio

En Zacatecas, al menos 18 comunidades de la sierra han sido abandonadas por sus habitantes, forzados a desplazarse por amenazas del crimen organizado.

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“La amenazaron que si en tres horas no se iba de allí la iban a matar con sus hijas”, dijo María del Carmen Guerrero, de Palmas Altas. 

“Perdimos nuestros animales, nuestras huertas, nuestras tierras, todo eso quedó abandonado”, señaló un habitante.

Son voces de familias desplazadas de sus comunidades en Zacatecas, voces con miedo de aquellos que, dicen, el crimen organizado les arrebató sus hogares, la paz y su futuro.

“Ya nos echaron de nuestras casas, ya no sé ahora a empezar de nuevo, fuimos patrones, tuvimos tierras, tuvimos casa, vivimos tranquilos, éramos productivos”, destacó Francisco, habitante de una ranchería de Palmas Altas, Jerez, Zacatecas.

Habitantes de Jerez, Zacatecas, abandonan sus casas tras amenazas del crimen organizado. FOTO Cuartoscuro

Francisco es habitante de Palmas Altas, en el municipio de Jerez. Una de las más de 13 rancherías que desde hace un año comenzaron a quedarse sin habitantes ante la llegada de diversos carteles del crimen organizado que buscan quedarse en esta zona por las atractivas vías carreteras que tiene.

“Todos, con el coraje de qué pues que está pasando, de qué pues que mal hicimos nosotros”, dijo Francisco.

Dicen que el desplazamiento comenzó en marzo del año pasado cuando hombres llegaron al lugar haciéndose pasar por ingenieros que buscaban lotes con bardas altas para guardar maquinaria. Con el tiempo, afirman, se apropiaron de granjas y casas desocupadas.

“Lo quisiéramos ver cómo si hubiera sido un huracán, pero es la maldad del hombre que nos hizo esto”, insistió Francisco.

Poco a poco comenzaron los despojos de maquinaria para el campo, los cobros por derecho de piso, el reclutamiento forzado de jóvenes, la prohibición tácita de salir de noche y las balaceras en pleno día. Finalmente hace unas semanas, aseguran, supuestos integrantes del Cártel Jalisco los amenazaron.

“Dijeron o se salen o se mueren. Así de tajantes”, insistió Francisco.

Son más de 2 mil personas que siempre se dedicaron al cultivo de durazno, avena, frijol y maíz, que hoy se refugian en la cabecera municipal de Jerez y rentan pequeños cuartos donde viven más de una familia. Además de trabajar de lo que salga, como es el caso de este hombre que huyó con su esposa e hijas.

“Ahora hemos trabajado en la obra de ayudantes y donde nos han dado trabajo un día o dos de ahí hemos sacado para comer”, dijo una habitante.

Fuera de su hogar, se organizaron yel jueves pasado pidieron ayuda al Ejército para volver a sus casas y recuperar algo de su patrimonio.

“Quisimos traer nuestras pertenencias porque eso ya lo habían hecho en otras comunidades y las limpiaron, Tengo toda la ropa en bolsas. Hay colchones porque aparentemente tenemos nuestras casas amueblada, pero otras comunidades no tuvieron esa oportunidad. El día que fuimos a Palmas Altas ahí estaban estos amiguitos, dejaron hasta los platos servidos de comida, en otros dejaron hasta vasitos de nieve todavía sin derretirse”, narró Francisco.

Habitantes de Jerez, Zacatecas, abandonan sus casas tras amenazas del crimen organizado. FOTO Cuartoscuro

Los desplazados quieren regresar a sus casas y para eso exigen que en sus comunidades se establezcan elementos de la guardia nacional, militares y marina. Las autoridades responden que no es segura la zona y que para llegar, antes hay que esperar a que los enfrentamientos bajen.

“No sabemos qué sigue. Todos tenemos mucho miedo de esta situación”, reiteró un habitante.

“Como migrantes en nuestra propia tierra”, concluyó María del Carmen Guerrero, de Palmas Altas.

Con información de Abraham Reza y Víctor Olvera

KAH