Una funcionaria de la Cancillería guatemalteca identificó como Jackeline Caal a la niña de 7 años que murió en un hospital en Texas, luego de haber sido arrestada junto a su padre y otros migrantes en Nuevo México.
El padre fue identificado como Nery Caal, de 29 años, y que son originarios de una comunidad indígena de Alta Verapaz, en el norte de Guatemala, dijo la funcionaria, quien habló bajo condición de anonimato por no estar autorizada a hablar con la prensa.
El Gobierno de Guatemala informó que están brindándole “todo el apoyo necesario” a la familia de la niña migrante fallecida bajo la custodia de Estados Unidos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que desde el sábado se han comunicado con el padre para “darle el pésame correspondiente y brindarle todo el apoyo necesario para la repatriación de su hija a territorio guatemalteco”.
También para ofrecerle orientación legal para su caso debido a que fue “liberado con un permiso especial” por las autoridades de migración estadounidenses.
Según el informe de asistencia consular guatemalteco, el pasado jueves por la noche, en las inmediaciones de Nuevo México fue asegurado por oficiales de la patrulla fronteriza un grupo de 163 migrantes, entre los cuales se encontraba un hombre de 29 años y su hija de siete años.
En el trayecto hacia la estación de la patrulla fronteriza de Lordsburg, la niña presentó “un cuadro de fiebre y vómitos”, lo que requirió que paramédicos de la patrulla fronteriza “intervinieran para su estabilización”.
Un día después, el viernes, a las 7:00 de la mañana aproximadamente, la condición de la pequeña se agravó y presentó de nuevo “un cuadro de fiebre alta y convulsiones”, por lo que los médicos de la patrulla fronteriza “la trasladaron vía aérea a un centro asistencial en la ciudad de El Paso, Texas, donde quedó internada”.
Estando en el hospital, la niña sufrió dos ataques cardíacos a los cuales sobrevivió, pero el sábado, a las 6:00 de la mañana, los agentes de la patrulla fronteriza de Nuevo México informaron al consulado de El Río que “lamentablemente la niña había fallecido”.
“Hasta el momento no se ha determinado la causa de muerte debido a que se están realizando los peritajes correspondientes por parte de la oficina forense”, agregó la Cancillería, que especificó que el idioma materno de esta familia es el q’eqchi’, en el cual fueron atendidos.
Funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza dijeron inicialmente que era una menor no acompañada, lo que significa que sus padres no iban con ella, aunque ahora el gobierno guatemalteco aseguró que estaba con su padre.
Este mismo lunes, el personal consular se entrevistó con el padre, “el cual se notaba fuertemente afectado”, quien manifestó que “quería despedirse de su hija”, por lo que hicieron las coordinaciones.
Es importante hacer ver que lamentablemente los lugares por donde ingresan ahora los migrantes son más peligrosos y las distancias que recorre son mayores, lo cual los hace enfrentarse a peligros mayores debido a que no les alcanzan los recursos como la comida y el agua, situación que se agrava en el caso de los niños que son mucho más vulnerables”, agregó el Ministerio.
Procesar a 163 inmigrantes en una noche habría representado un reto para la agencia, cuyas instalaciones de detención son temporales y no cuentan con la capacidad de albergar a tantas personas.
Cuando un agente de la Patrulla Fronteriza realiza un arresto, esa persona es procesada en una instalación, pero por lo general no pasa más de 72 horas detenida antes de ser transferida al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés) o, si es de nacionalidad mexicana, ser deportada a su país.
La muerte de la menor genera dudas sobre si los agentes fronterizos sabían que estaba enferma o si se le alimentó o dio de beber durante las más de ocho horas que estuvo detenida.
Inmigrantes, abogados y activistas desde hace tiempo han presentado denuncias sobre las condiciones de las celdas de detención de la Patrulla Fronteriza.
En Tucson, una demanda en curso afirma que las celdas son inmundas, sumamente frías y carecen de elementos básicos, como cobijas.
El juez que lleva la demanda ordenó al Sector Tucson de la agencia, que patrulla buena parte de la frontera entre México y Arizona, que proporcione cobertores y colchonetas para dormir y entregue de manera regular los videos de las cámaras de vigilancia del interior de las celdas.
La Patrulla Fronteriza ha visto un incremento en los grandes grupos de migrantes, muchos de ellos con niños pequeños, que se entregan a las autoridades. La mayoría son de origen centroamericano y señalan que huyen de la violencia. En lugar de intentar evadir a las autoridades, se entregan con planes de solicitar asilo.
Los agentes de Arizona con frecuencia ven grupos con más de 100 personas, en ocasiones con niños y bebés.
Arrestar a esos grupos crea problemas logísticos para los agentes, que deben esperar la llegada de las vagonetas de transporte equipadas con asientos para bebé, para llevar a los migrantes a las instalaciones de procesamiento, que se encuentran por lo menos media hora al norte de la frontera.
Anteriormente, un bebé murió poco después de ser liberado de un centro de detención familiar del ICE en Texas, y en momentos en que el gobierno del presidente Donald Trump intenta rechazar las solicitudes de asilo para aquellos que cruzaron ilegalmente la frontera. Una corte federal de apelaciones bloqueó temporalmente esa medida, pero el gobierno solicitó a la Corte Suprema su reinstauración el martes.
Cynthia Pompa, directora de defensa del Centro de Derechos Fronterizos de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), dijo que las muertes de migrantes aumentaron el año pasado a pesar de que se registró un descenso en el número de cruces fronterizos.
Esta tragedia representa el peor resultado posible cuando las personas, niños incluidos, son sujetos a condiciones inhumanas. La falta de responsabilidad, y una cultura de crueldad dentro de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza han exacerbado las políticas que llevan a los migrantes a la muerte”, dijo Pompa.
Con información de EFE y AP.
ramg