CONFLICTOS ARMADOS

Guatemala dispersa a más de 2 mil integrantes de la caravana migrante

El grupo de migrantes se redujo a causa del agotamiento y a medida que algunos aceptaron ser trasladados a la frontera hondureña en autobús

Este lunes 18 de enero, la policía y el ejército de Guatemala dispersaron a un grupo de cientos de migrantes hondureños que pasaron dos noches varados en un retén colocado en una carretera rural.

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Algunos migrantes arrojaron piedras mientras las autoridades les lanzaban gas lacrimógeno y los empujaban con sus escudos. Los migrantes que llevaban niños también fueron empujados para que se regresaran por donde llegaron.

La caravana de migrantes quedó prácticamente varada en su camino hacia Estados Unidos, dos días antes de la investidura del presidente electo, Joe Biden, quien prometió adoptar un enfoque diferente respecto a la inmigración y, aunque no se prevé que haya cambios inmediatos en la frontera estadounidense, creó algo de esperanza en Centroamérica.

Una montaña empinada y un alto muro que flanquean la carretera rural permitieron a las autoridades guatemaltecas cerrarle el paso al grupo de unas 2 mil personas que ingresó a Guatemala el viernes 15 de enero

El grupo se redujo a causa del agotamiento y a medida que algunos migrantes aceptaron ser trasladados a la frontera hondureña en autobús. Un funcionario guatemalteco dijo a los migrantes, que tenían autobuses listos para transportar a los que quisieran regresar a Honduras. Un número más pequeño de migrantes fue regresado a la fuerza luego de forcejear con las autoridades, que mantuvieron su línea con golpes de porra y gas lacrimógeno.

El principal objetivo de las autoridades era reabrir la carretera. Los agentes de la policía y los soldados utilizaron sus escudos para intimidar a los migrantes mientras un agente les decía que despejaran la carretera. Los migrantes se dispersaron, pero seguían en la zona.

Las autoridades de inmigración de Guatemala informaron que otro grupo de aproximadamente 800 migrantes fue ubicado a unos 40 kilómetros al norte sobre la carretera, cerca de Río Hondo. También les bloquearon el paso ahí, pero las autoridades indicaron que negociaron la apertura de un carril para el paso de vehículos.

El ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Pedro Brolo Vila, criticó al gobierno de Honduras por no tomar más medidas para disuadir a la caravana. Señaló que Guatemala se estuvo preparando desde diciembre para esta caravana y que incluso sostuvo reuniones con sus contrapartes de Honduras, México y Estados Unidos.

Guatemala estaba atónita por la falta de cooperación de Honduras, comentó Brolo. Señaló que el gobierno hondureño prometió desplegar un gran contingente de fuerzas de seguridad para evitar que los migrantes llegaran a la frontera con Guatemala. En lugar de eso, las fuerzas de seguridad hondureñas acompañaron a los migrantes “hacia nuestras fronteras, donde lamentablemente vimos cómo de manera violenta, pues ingresaron violentando la soberanía territorial guatemalteca“.

Añadió que las autoridades guatemaltecas detectaron resultados falsos de pruebas de COVID-19 entre los migrantes que registraron su ingreso al territorio guatemalteco.

En total, se cree que entre 8 mil y 9 mil migrantes hondureños entraron a Guatemala en la que es la primera caravana del año, la cual salió el viernes temprano de San Pedro Sula. Honduras se vio afectado por la pandemia de COVID-19 y por dos fuertes huracanes en noviembre que dejaron a miles de personas sin hogar. Eso es aunado a la falta de oportunidades económicas y la persistente violencia de pandillas.

El 18 de enero en Vado Hondo, el lugar donde se instaló el retén en las afueras de Chiquimula, los migrantes se apoyaban contra el muro o estaban sentados tras una noche de sueño intermitente sobre la maleza a un costado de la carretera, o sobre el pavimento. Algunos migrantes habían regresado a la ciudad en busca de alimentos o sombra para esperar a que se les abriera paso.

El tránsito, sobre todo el provocado por los camiones de carga, se extendía por kilómetros en la carretera. Los habitantes locales se abrían paso entre los migrantes y se les permitía pasar el retén de policías y soldados.

El domingo 17 de enero, el Ministerio de Salud de Guatemala reportó que 21 de los migrantes que buscaron atención médica en centros de salud dieron positivo al coronavirus. La dependencia señaló que 12 hombres y nueve mujeres no serían regresados a Honduras hasta que cumplan con una cuarentena en centros de salud de Guatemala.

Incluso si los migrantes logran llegar a la frontera con México, el gobierno mexicano desplegó en el lugar a miles de miembros de la Guardia Nacional y agentes de inmigración.

México dijo que haría cumplir sus leyes de inmigración y solicitaría un cruce ordenado. Hace un año, agentes de seguridad mexicanos dispersaron una caravana de gran tamaño en el sur del país luego de que los migrantes vadearan el río que define la frontera con Guatemala.

“Estamos haciendo propuestas de que se busque el diálogo con los migrantes, esto en Honduras, Guatemala”, comentó el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador el lunes. “Que se les atienda para que no entren, pues, a ningún país por la fuerza”, añadió.

El mandatario también dijo que espera que Biden aborde la inmigración en su discurso de investidura el miércoles 20 de enero.

“Yo creo que ya llegó el tiempo de que se cumpla el compromiso de llevar a cabo una reforma migratoria“, dijo López Obrador.

Con información de AP

GANR