De nueva cuenta el Zócalo capitalino, corazón del país, latió al grito de ¡Viva México! en su fiesta cívica más importante, la fiesta por los 212 años del grito del cura Miguel Hidalgo que dio inicio a la gesta de Independencia.
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Por fin fiesta presencial tras dos años de ceremonias virtuales con Zócalo vacío, ante el impacto sanitario de la pandemia de COVI-19, hoy la plaza repleta coreó la arenga presidencial.
“Mexicanas, mexicanos: ¡Viva la independencia!, ¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla!, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Ignacio Allende!, ¡Viva Leona Vicario!, ¡Viva José María Morelos y Pavón!, ¡Viva Vicente Guerrero!, ¡Vivan los héroes anónimos!, ¡viva la libertad!, ¡viva la igualdad!, ¡Viva la justicia!, ¡Viva la democracia!, ¡Viva nuestra soberanía!, ¡Viva la fraternidad universal!, ¡Viva la paz! Mexicanas, mexicanos: ¡Muera la corrupción!, ¡Muera el clasismo!, ¡Muera el racismo!, ¡Vivan los pueblos indígenas!, ¡Viva la grandeza cultural de México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!”.
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El protocolo se revivió: Se dejó escuchar el Himno Nacional. El presidente Andrés Manuel López Obrador y su esposa, la señora Beatriz Gutiérrez Müller, caminaron al Salón de Recepciones.
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El presidente saludó a la escolta de bandera del Heroico Colegio Militar y salió al balcón central de Palacio Nacional, vibrante con los pendones verde, blanco y rojo en su balaustrada de bronce.
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Ondeó la bandera de México, grito la arenga, y tañó la reluciente campana del templo de Dolores Hidalgo, Guanajuato, la misma que resonó en los corazones de los mexicanos deseosos de independencia aquel 15 de septiembre de 1810.
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Abajo, a ras de piso, niños, hombres, mujeres de todas edades resistieron el frío y la lluvia intermitente, miles de paraguas y capas de colores relucieron en la explanada rodeada de murales de colores alusivos a la mexicanidad, los volcanes, magueyes y nopales, y los rostros de los héroes que nos dieron patria, resguardando la bandera monumental que no dejó de ondear al vaivén del viento que refrescó los ánimos festivos.
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La lluvia cedió y dejó paso al disfrute de este reencuentro nacional, el baile se abrió paso en múltiples espacios al ritmo del Jefe de Jefes, y Camelia la Texana, en el concierto previo, y al llegar el momento cívico, se hizo allá arriba en el palco central del Palacio, la mirada feliz del presidente por encontrarse de nuevo con esta plaza central plena de fervor patrio.
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En los palcos laterales del lado izquierdo del balcón central, los invitados especiales, entre ellos, los expresidentes de Uruguay, Pepe Mújica, y de Bolivia, Evo Morales, con los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, el almirante, Rafael Ojeda.
En el siguiente balcón, entre otros, la jefa de Gobierno capitalino y el canciller Marcelo Ebrard; el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes con igual asombro que las miles de miradas que se elevaron al cielo de este primer cuadro, se emocionaron con los impactantes juegos pirotécnicos.
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Una noche de fiesta nacional nuevamente presencial, viva y plena de alegría con una complacencia musical para el presidente, Soy más mexicano, y América en la interpretación de los invitados que ofrecieron el concierto de la noche.
Con información de Carmen Jaimes/N+.
LLH
