En fotos y videos, así fue la exhumación y trasladado del cuerpo del dictador español Francisco Franco.
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Como si se hubiera tratado de un noticiario oficial de la época, los gritos de “¡Viva España! Y ¡Viva Franco!” volvieron a resonar en los oídos de los españoles, aunque esta vez de forma momentánea y como parte del homenaje que sus familiares le dedicaron a la salida de sus restos del Valle de los Caídos, donde reposaron durante 44 años.
Las puertas de Gran Hermano se abren para recibir a… Francisco Franco! #unboxingfranco #GHVIPGala8 pic.twitter.com/O9CpZBomUY
— Víctor Santos (@vdesantos_) October 24, 2019
España retrocedió este jueves varias décadas en el tiempo durante las horas que duró la exhumación y el traslado del cuerpo del dictador hasta su nueva sepultura, un panteón del cementerio del barrio madrileño de El Pardo, en el que descansa desde 1988 su mujer Carmen Polo.
“¡Viva España! y ¡Viva Franco!”. El grito resonó en la gran explanada, a la que sólo habían tenido acceso los familiares de Franco, el prior de la basílica, custodiada por una comunidad de monjes benedictinos, los encargados de la empresa funeraria, y una representación del Gobierno español encabezada por la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que dio fe de todo el proceso.
El escenario ayudaba a viajar en el tiempo. El ataúd del dictador, el mismo en el que fue enterrado, cubierto con un pendón con el escudo del Ducado de Franco colocado sobre el emblema de la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima distinción militar española, que el dictador se impuso a sí mismo en mayo de 1939 por el triunfo de sus tropas en la Guerra Civil (1936-1939).
Encima del féretro, una corona de laurel coronada con cinco rosas, en referencia a los versos del Cara al Sol, el himno franquista: “Volverán banderas victoriosas al paso alegre de la paz y traerán prendidas cinco rosas las flechas de mi haz”.
Fue la alternativa de la familia a la intención inicial de cubrir el ataúd con la bandera preconstitucional, la utilizada durante la dictadura franquista con un águila en el lugar que ahora ocupa el escudo español.
A pesar de la negativa del Gobierno a permitir que así fuera, una de las imágenes del día fue la de Francis Franco, el nieto varón mayor, con ese estandarte doblado en sus manos entrando al interior de la basílica.
Mientras los familiares se iban retirando, el helicóptero con los restos del dictador se elevaba sobre la impresionante cruz de 150 metros de altura que domina el valle. Otra instantánea más para la historia.
Con información de Efe.
FJMM