El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sus previsiones de crecimiento económico mundial en el 3.9 por ciento, tanto para este año como para 2019, las mismas cifras que calculaba en abril a pesar de la escalada en la tensión comercial de los últimos meses, la que considera la mayor amenaza a corto plazo.
En el informe sobre las perspectivas económicas mundiales, el FMI indica que su previsión del 3.9 supone una mejora respecto al 3.7 alcanzado en 2017 y 3.2 de 2016, con una expansión que parece haber alcanzado su punto máximo en algunas de las economías mundiales.
Sin embargo, el documento considera que el crecimiento actual se muestra menos sincronizado.
“Entre las economías emergentes y en desarrollo, las perspectivas de crecimiento también son cada vez más desiguales (…) Las proyecciones de crecimiento han sido revisadas a la baja en Argentina, Brasil e India” agrega.
Para América Latina, el Fondo proyecta un “modesto” aumento del crecimiento desde el 1.3 por ciento en 2017 a un 1.6 este año, cuatro décimas menos de lo que preveía en abril, pero para 2019 espera que el desarrollo sea del 2.6 por ciento, 0.2 puntos menos que en 2018.
El FMI también rebajó su previsión hecha en abril para el crecimiento de la zona euro, el cual cae de 2.4 por ciento a 2.2.
“La incertidumbre política ha aumentado en Europa (…) y se enfrenta a desafíos políticos fundamentales en relación con la política de migración, la gobernanza fiscal, las normas relativas al estado de derecho y la arquitectura institucional de la zona euro”, señaló Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI, en el informe.
En línea con las declaraciones de Obstfeld, el FMI mantuvo su proyección del crecimiento de Estados Unidos en 2.9 por ciento para este año. Aclaró que la economía estadounidense se fortalecerá temporalmente gracias al considerable estímulo fiscal aprobado en diciembre por el Congreso de la actual administración de Donald Trump.
El FMI destaca que el dólar estadounidense se ha apreciado en cerca de un 5 % en las últimas semanas y augura que las importaciones en Estados Unidos repuntarán con una demanda doméstica “más fuerte”, lo que aumentará el déficit comercial del país, y “ampliará el exceso de desequilibrios mundiales”.
Con información de EFE
asa.
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