El fenómeno de mar de fondo, presente en las costas del Pacífico de México, causó daños en la zona costera del estado de Colima.
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En el puerto de Manzanillo, el fuerte oleaje ingresó a las zonas de playa, cubriendo la franja de arena y arrastrando mobiliario hacia el mar.
Los comerciantes de alimentos retiraron sillas y mesas para evitar que las corrientes y las olas las arrastraran.
“El mar se ha comportado, ha incrementado de dos a tres metros su elevación las olas, se han generado algunas corrientes nuevas por las cuales los guardavidas están muy atentos”, afirmó Juan Francisco Quiles Robles, director de la Unidad Municipal de Protección Civil de Manzanillo.
En las últimas 72 horas diez personas fueron rescatadas por guardavidas en Manzanillo, debido al fuerte oleaje.
En la playa de Boca de Pascuales, municipio de Tecomán, las fuertes corrientes arrojaron toneladas de basura a la franja de arena; como plásticos, bolsas, botellas, ramas y troncos de madera.
“Pues mucha basura lo que vemos aquí, mucha basura toda esta parte estaba bien llena de basura, pero ya en la mañana hemos estado trabajando para que quitar un poco, para que la gente llegue y pues no vea tan sucio también”, dijo Gustavo Flores Cortés, habitante de playa Boca de Pascuales.
El oleaje también ingresó a los negocios ubicados frente al mar, sin causar afectaciones.
“Y esperemos y se controle, porque de repente nos ataca más fuerte pero, aquí tenemos de precaución unos banderitas rojas de color rojo, y pues hay que esperar que se tranquilice para estar más seguros”, comentó el comerciante Lázaro Narváez.
En la playa El Real, también en Tecomán, las olas superaron los seis metros de altura y por varias horas estuvieron impactando los muros de negocios y viviendas, hasta provocar el colapso de una barda.
“Y derribó un muro de 20 metros, si tumbo unos muros que estaban ahí”, añadió Sofía Gómez, comerciante de playa El Real.
Mientras el fenómeno esté presente en las costas, la Unidad Estatal de Protección Civil de Colima, restringió el uso de la playa para actividades recreativas; ya que las corrientes y el intenso oleaje, representan un riesgo para los turistas.
Con información de Bertha Reynoso
RVC
