Acapulco es uno de los lugares que registra un mayor aumento de contagios de COVID-19 después las fiestas de fin de año. Durante enero se han registrado 2 mil 195 nuevos casos, comparado con los últimos 4 meses del año pasado, donde se había registrado una tendencia a la baja.
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En lo que va de este año, el puerto ya superó los niveles máximos que se habían presentado en junio pasado. Los familiares acampan afuera de los hospitales para estar al pendiente e ir a buscar las medicinas que van necesitando los doctores
“Yo he estado de día y de noche, pues, aquí al pendiente por el caso de mi mamá. Diario, a las 11 de la mañana nos entregan una receta o dos recetas y las vamos surtiendo con mucha dificultad porque sus costos de esos medicamentos, es pues un poco elevado”, dijo Luis Antonio Tornés, familiar de paciente.
Luis Antonio ha acampado por 10 días afuera del Hospital General de Acapulco, en la colonia El Quemado, después de que su madre, María Cristina Ocampo enfermara de COVID. A la fecha, la familia ha gastado al menos 45 mil pesos en medicamento para la mujer, de 68 años de edad, quien permanece intubada.
“Como ella es diabética, pues nos piden insulina y la insulina alrededor tiene un costo de 800 a mil 300 pesos, la enoxoparina, viene costando entre mil 300”, insistió.
María Cristina vivía sola en la colonia Alianza Popular. La familia asegura que no avisó que enfermó desde mediados de enero y que posiblemente se contagió en alguna salida a comprar alimentos.
“Es muy doloroso de que te den un diagnóstico negativo o positivo, pero lo queremos saber, eso es lo que nos mata más”, reiteró.
En el campamento afuera del hospital, las familias aguardan las 24 horas por información sobre sus pacientes. Entre desconocidos se animan ante los desorbitantes costos de las medicinas. La mayoría es de Acapulco, pero también vienen de la Costa Chica y Costa Grande. Reina llegó el viernes, no esperaba, dice, encontrar tantos casos como el de su tía.
“Pues es muy difícil estar aquí porque, ya ve, pues el sol, es mucho gasto estar así”, señaló.
“Vienen las vacaciones y viene un rebrote a pesar de que se suspendió los artificios pirotécnicos, pero sí lo esperábamos. Hemos notado que hay personas jóvenes, 30, 33 años, 40 años”, agregó Félix Ponce, director del Hospital General de Acapulco.
Al interior del Hospital, el personal médico, agotado ante la nueva oleada, explica que se entregan recetas diarias, sobre todo para familiares con pacientes intubados, por el desabasto de medicamentos.
Paulina Soto, médico de Terapia Intensiva COVID del Hospital General de Acapulco, destacó que “la sedación, la analgesia, los antibióticos, llegan a tener un costo altísimo. Tenemos que pedir más insumos a los familiares para que nosotros podamos trabajar”.
Esta situación se repite a 5 kilómetros de ahí, en el Hospital Donato G. Alarcón, donde las familiares aguardan día y noches sentados en sillas. Estela pasa sus días esperando noticias sobre Albertano, su padre, o bien, buscando sin suerte en las farmacias algún medicamento urgente.
“Mucha gente duerme en el suelo, en los sillones, sillas, una familia qué más puede hacer, más que dejarlo en la mano de Dios, aquí no hay uno solo que salga vivo de ahí, porque todos se les mueren”, insistió Estela Silva.
Con información de Guillermo Rivera y Fernando Guillén
KAH
