POLíTICA

¿Existe alguna vía para negociar en Cataluña?

Así no, usted ha decepcionado a mucha gente en Cataluña. En segunda persona y en catalán, respondía el President de esta región de España, Carles Puigdemont al discurso que realizó el martes el Jefe del Estado, el rey Felipe VI sobre la crisis abierta en Cataluña.

El monarca acusó, durante su alocución desde su despacho en el Palacio de la Zarzuela, al mandatario catalán de incumplir la Constitución y el Estatuto de autonomía (la norma por la que se rigen las comunidades autónomas en España que se aprueba tanto por el Parlamento central y como por el regional tras una consulta ciudadana) lo que consideró de deslealtad inadmisible y conducta irresponsable.

Puigdemont respondía 24 horas después acusando al rey de olvidar a millones de catalanes, ya que durante su discurso no hubo ni una sola mención al diálogo y la concordia. También lamentó que el Jefe del Estado no haya consultado al gobierno catalán, pero sí expresar las decisiones del gobierno central, y por lo tanto olvidándose de su papel moderador que le otorga la Constitución.

El rey ignora deliberadamente a los millones de catalanes que no piensan como el gobierno, agregó el presidente de la Generalitat sobre el pronunciamiento del jefe de Estado.

Aunque tampoco hubo ninguna mención por su parte al resto de catalanes que no quieren la independencia y que, sin embargo, trata de imponer tras insistir en su camino hacia una Declaración Unilateral de independencia, que ha generado hasta el nacimiento de una nueva palabra en el discurso político, la DUI.

A pesar de todo, durante sus casi ocho minutos de intervención, no mencionó en ningún momento la palabra independencia y pidió diálogo al gobierno de Mariano Rajoy.

Unos gestos que unido a que se retrasó hasta el lunes 9 de octubre la convocatoria del Pleno donde podría decretarse esta independencia, sean vistos por algunos analistas como una posibilidad real para buscar una solución dialogada y consensuada, aunque otros simplemente creen que responde a su estrategia política.

Lo que sí tienen claro es que para dialogar hay que volver a la legalidad y al Estado de derecho que es el marco por el que se rigen todos los españoles y eso pasa por abandonar la idea de declarar la independencia en Cataluña, con el único aval de un referéndum sin garantías legales sobre sus resultados.

Un abandono de la autonomía de consecuencias imprevisibles y que tampoco beneficia al independentismo que, amparándose, según ellos, en el apoyo de la mitad de la sociedad catalana se olvida de la otra mitad, y trata de imponer un autogobierno catalán que tendría graves consecuencias para la convivencia pacífica.

Además, por otro lado, abriría la vía para que el mandato se les pudiera arrebatar de la misma manera ya que se impondría sería la nueva forma de entender la legalidad.

Mientras son cada vez más las voces que se alzan desde todos los sectores de la sociedad española pidiendo diálogo y liderazgo político para superar esta grave crisis, para muchos la peor en democracia desde el intento del golpe de Estado de 1981.

Entre las propuestas que Puigdemont abandone la idea de declarar la independencia de manera unilateral y convoque elecciones dentro del Estatuto de Autonomía.

A Rajoy que acepte dialogar sobre una posible modificación de la Constitución Española de 1.978 que amplíe los derechos y deberes de las diferentes regiones de España.

Y en todo este marco se suceden las propuestas para mediar de manera imparcial en la resolución del conflicto siempre desde el marco legal.

Mientras el tiempo pasa sin que se vea ningún gesto por ninguno de ningún lado que pueda aportar una esperanza a esta grave crisis.

 

Con información de Yolanda Fernández. 

 

AAE