Expertos en biología y ecología realizaron un estudio en las zonas áridas de Marruecos donde crecen los árboles de argán, donde las cabras trepan a comer las frutas y defecan las semillas hacia la tierra, para después ser recogidas por los seres humanos y eventualmente convertirlas en aceite de argán.
El estudio titulado: “Las cabras trepadoras dispersan las semillas durante la rumia” fue publicado en Frontiers in Ecology and the Environment.
La semilla pequeña puede pasar por el estómago y el intestino de la cabra y salir sin daño y crecer como un árbol. Pero las semillas grandes no pueden hacer lo mismo. La semilla grande tiene que ser dividida en pedazos pequeños o ser destruida por completo.
De acuerdo al estudio las cabras a veces escupen las semillas en cuestión de horas, pero a veces tardan hasta seis días. En cualquier caso, las semillas no están dañadas y pueden crecer en nuevos árboles, y para algunos los cabritos son héroes agrícolas.
Sin embargo, un gran número de cabras, se comen todos los nuevos árboles y a pesar de que las cabras están dispersando las semillas, se comen a los árboles pequeños y se produce un efecto negativo.
¿QUÉ SUCEDE EN LAS ZONAS DONDE SE CULTIVAN ARGÁN EN MARRUECOS?
Estas personas que se ocupan de los árboles de argán obtener dinero de la venta de la fruta de argan, por lo que compran más cabras. Así que no hay rejuvenecimiento del bosque de argán porque las cabras están comiendo todos los árboles.
Los investigadores proponen un equilibrio entre el número de cabras y el número de árboles.
Con información de The Verge y New Scientist
HVI
