En la década de los 60 varios movimientos sociales y tecnológicos cambiarían el modo de vivir y de ver al planeta y al universo.
En 1961, el astronauta Alan Shepard se convirtió en el primer estadounidense en viajar al espacio; tres semanas luego de la hazaña, el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, anunció su intención de poder enviar astronautas a la Luna antes de que finalizara la década.
Ocho años después la NASA vio cumplido su gran proyecto de poner un hombre en la Luna con la misión espacial tripulada del Apolo 11.
El astronauta Neil Armstrong y Edwin Aldrin caminaban sobre la superficie lunar el 20 de julio de 1969.
Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad que generó una serie de avances en la industria aeronáutica espacial. De hecho, la misión está considerada como uno de los momentos más significativos de la historia de la humanidad y la tecnología, según la NASA.
Pero 11 años antes, en 1958, se fundó la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos (NASA por sus siglas en inglés) desde entonces, la mayoría de los esfuerzos de exploración espacial de Estados Unidos han sido dirigidos por la NASA, incluyendo las misiones Apolo de aterrizaje en la Luna, la Estación Espacial Skylab, y más tarde el transbordador espacial.
Actualmente, la NASA apoya a la Estación Espacial Internacional y supervisa los desarrollos de los vehículos multiuso de tripulación comerciales como Orión y Commercial Crew Development.
Hoy el espacio está al alcance de todos, de estudiantes de todo el mundo, por ejemplo, desde hace varios años mediante el The International Air and Space Program durante cinco días estudiantes, de secundaria, preparatoria y universidad pueden capacitarse en las instalaciones de la NASA con expertos para buscar soluciones a problemas reales.
Además del desarrollo en las telecomunicaciones, la NASA participa en la investigación científica como es el caso de la medicina en el espacio.
Con información de Arely Melo
LSH
