A pesar de no ser comercios esenciales, muchas estéticas de la Ciudad de México continúan dando servicio, pero lo hacen a puerta cerrada.
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Pues la verdad yo tengo familia y estoy rentando, tengo que pagar mi renta y aparte pues también alimentar a mis hijos. Soy mamá soltera, tengo 3 niños y la verdad si está un poquito difícil la situación, no, no puedo cerrar”, dijo.
Karina es madre soltera de 3 hijos, mantiene su salón de belleza en funcionamiento porque los gastos no paran y aunque dice, ha perdido 80% de su clientela, entre 2 y 8 personas llegan diario a pedir servicio a puerta cerrada.
Ha extremado medidas de higiene pues tiene miedo de contagiarse de COVID-19.
Sí me da algo de miedo, pero igual tratamos de tener todas las medidas aquí de precaución, cubre boca, gel antibacterial, desinfectamos aquí con alcohol, cloro, todo está desinfectado. Ahorita son hombres, la mayoría son hombres porque si les crece mucho más rápido el cabello. Hasta me han traído niños para raparlos o igual los hombres cortarse el cabello más cortitito”, explicó Karina.
La verdad ya me urgía, yo no soporto tener el cabello largo yo sé que es riesgoso, pero aquí con ellas siempre veo que tienen medidas de seguridad y nos cuidamos, yo llego con el cubre bocas, me lo quito, terminan de cortarme el cabello y me lo vuelvo a poner”, comentó un cliente.
María de la Luz también es estilista y se arriesga a trabajar a puerta cerrada para llevar dinero a casa.
Sí nos ha afectado bastante, solo por citas llegamos a trabajar. No abrimos así como siempre, es muy difícil porque si dependemos nosotros de este trabajo, si no trabajamos pues no comemos. Les hemos ofrecido a las personas ir a sus domicilios, pero por estas medidas tampoco quieren que vayamos a sus casas. Trabajamos de día cuando hay más luz, para no prender las luces y que nos alcancen a ver, tenemos todo cerrado pero si no le hacemos así, no podemos hacer otra cosa, somos personas que dependemos del trabajo”, insistió María de la Luz.
En los últimos 2 meses María de la Luz perdió al 90% de sus clientes.
Un buen día, 15 clientas más o menos y hoy en día podemos tener 1 clienta, a veces ninguna en toda la semana, o sea nada”, señaló María de la Luz.
Desesperada por la falta de clientes, Jaqueline, estilista y madre de familia, optó por emprender un nuevo negocio.
Ella comenzó la venta de frutas y verduras a domicilio junto con sus trabajadoras de la estética.
Yo tengo 27 años como estilista, tengo 10 años con mi negocio y cuando nos dicen que tenemos que cerrar, pues la verdad, yo de ahí mantengo a mis hijas, soy madre soltera y pues se te viene todo abajo. La opción era trabajar a domicilio, pusimos una cartulina, pero pues no ha salido mucho trabajo y también tengo la presión de pagar la renta. En mi estética trabaja otra estilista más, somos 2 y una asistente, mi opción fue invertir en verduras y frutas y venderlas a la gente a domicilio”, reiteró Jaqueline.
Nos afecta porque nos quedamos sin trabajo y no tenemos ingresos económicos para poder sostener a nuestras familias”, lamentó Rubí, empleada de estética.
Es así como estilistas tratan de salir delante de los efectos económicos del COVID en la Ciudad de México, con la esperanza de que pronto puedan reabrir sus locales y recuperar estabilidad.
Con información de Elizabeth Mávil
KAH
