Desde hace cinco días, la maestra Esperanza Crespo, de 78 años de edad, vive debajo de un árbol por temor a que el techo de su casa, dañada por el sismo del viernes pasado, le caiga encima.
Cuando empezó el temblor no me podía levantar y me sacaron casi cargada… Aunque anda uno toda coja, pero no quiero morir”, comentó.
En Jamiltepec, municipio de la costa de Oaxaca, la Presidencia Municipal y la Iglesia están cerradas porque se cuartearon, así como las más de mil viviendas que resultaron con daños. Por eso, la familia de don Juvenal López ha pasado las últimas cuatro noches en el corredor de su casa.
Bertha Pérez, habitante de Jamiltepec, dijo que se tuvieron que salir al corredor por los sismos, su casa se mueve y ante el susto se mantienen al pendiente para desalojar.
Los sismos también provocaron que se vaciaran, durante varios días, las lagunas termales de Atotonilco, a las que los habitantes de la región acuden a bañarse, por considerarlas curativas.
Después del temblor se fueron las aguas y quedó secó, ahorita nosotros la única ganancia que tenemos es que ya brotó de nuevo y está poza brotó solita. Aquella tuvieron que escarbarle y como quiera sigue igual, no ha brotado el agua como debe de ser”, mencionó Eulogia López.
Los habitantes de Jamiltepec lamentan no contar con una alerta sísmica.
No hay ningún aviso, ninguna alerta para nosotros… Se debería de poner, pero como es un pueblo no sé si llegáramos a tener eso”, señaló Juvenal.
En Punto consultó este tema con especialistas y explicaron que en un lugar tan cercano al epicentro de un sismo, no habría alerta sísmica que pudiera funcionar, porque el temblor es en el lugar donde estar personas habitan.
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Con información de Fátima Monterrosa.
RMT
