Aunque la Procuraduría General de la República (PGR) aseguró que daría todas las facilidades a los clientes de la empresa First National Security para recuperar sus pertenencias, los afectados afirmaron que en la entrevista con un funcionario de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), para detallar lo resguardado, no es así.
Una de las usuarias de las cajas de seguridad dijo que no se trata de una entrevista, más bien es un interrogatorio, “es un bombardeo, es un abuso psicológico”.
Otra de las afectadas grabó con su teléfono la conversación con funcionarios de la SEIDO, previo a su entrevista, y para recuperar sus bienes les piden el documento que acredita que es la dueña de la caja. Deben acreditar cómo obtuvieron el dinero que ahí guardaron. Se recomienda presentar fotografías de sus alhajas.
Pocos de los usuarios afectados dan entrevistas, tras el encuentro con las autoridades.
Luz María Prieto, usuaria afectada, señaló que los interrogan “como si fuéramos delincuentes. Nos meten a una oficina con el MP para que nos empiecen a decir, a interrogar… Dicen que los tratan muy bien por miedo a las represalias, no es cierto… Nosotros no somos criminales, somos gente trabajadora de Cancún”.
Hasta este lunes, la SEIDO no ha informado de manera oficial sobre la devolución de bienes; según David Uribe, vocero de los afectados, esta tarde les pusieron nuevas condiciones.
“No importa si lo puedes comprobar cada centavo de procedencia legal, te están exigiendo que vayas al DF para comprobarlo y aparte te van a entregar tus cosas allá”, comentó.
El señor Fernando, uno más de los usuarios afectados, indicó que “cambiaron la orden que arriba de cierta cantidad, que creo que son 200 o 250… Lo cual se me hace una estupidez, porque nosotros no vivimos en México, vivimos en Cancún”.
Rodolfo Sandoval preguntó que si se dirige a la Ciudad de México para comprobar que es dueño de los bienes de su caja, recupera sus pertenencias. Le respondieron que no.
Con información de Francisco Santa Anna y Adriana Valasis.
RMT
