ECONOMíA

Sismos de septiembre afectan ventas y empleos en comunidades de Oaxaca

En Oaxaca, los sismos del 7 y 19 de septiembre también han provocado graves afectaciones en la economía local. Hay pérdida de empleos, caída de las ventas y aumento en los precios.
Vidas perdidas, casas y edificios destruidos. Es parte del daño evidente en Oaxaca tras el sismo del siete de septiembre. Y hay otras afectaciones más sutiles, pero igualmente devastadoras.

Perla de la Cruz, comerciante en una escuela, dice: “Vendía dulces dentro de la escuela”.

-¿Qué pasó con la escuela?

“Pues se colapsó, se colapsó y desgraciadamente a todos nos afectó, porque mi esposo era mototaxista, pero por las casas derrumbadas no hay paso y nosotros de ahí comíamos y desgraciadamente no quedó nada.”

Diana Karel Arredonda, mesera, explica: “Gracias a Dios el local donde nosotros estamos no sufrió daños, entonces tenemos un lugar de trabajo aún, pero pues no hay venta. Anoche nos llevamos 20 pesos, 30 pesos, 40 de propina, y es difícil porque no estamos trabajando, no tenemos un trabajo estable que vamos de lunes a viernes y que vamos a cobrar una quincena lo que cobrábamos habitualmente, sino que para que no haya recorte de personal laboramos un día sí y un día no, para que todos podamos tener trabajo y dinero.

A la pérdida de empleos y la baja en las ventas se suma el desabasto y en consecuencia de éste, la subida de los precios.

-Tú tienes cero ingresos ahorita.

“Sí”, dice Perla de la Cruz. “Con lo que yo vendía y lo que mi esposo ganaba, pues rentábamos, alcanzaba. Pero ahorita no estamos rentando, pero es como si estuviéramos rentando porque es más gasto”.

-Ahora no estás rentando, ¿porque se cayó?

“Sí, se cayó. Nuestras cosas se perdieron”.

-¿Qué tanto se perdió ahí?

“Pues todo lo que eran nuestros muebles, todo”.

Para Diana Karel Arredonda es aún más complicado. Es madre soltera, su casa está en Santo Domingo Ingenio, pero el único lugar donde encontró trabajo fue en Juchitán.

Así que además de los gastos de su hija y los propios debe pagar renta y el traslado, cada semana, hacia el poblado donde se encuentran su hija y su madre. Todo con la mitad de los ingresos que tenía antes del sismo.

“Honradamente lavo ropa ajena y me pagan, y el día que no se labora en el local donde trabajo, busco la manera de lavar la ropa de alguien para poder tener otro ingreso y así complementar el sueldo de la quincena. Mil 200, 200 de la leche, mil 400; 150 de pasajes, mil 550 y algún apoyo que pueda darle a mi mamá, 500 pesos, lo hago, son 2 mil pesos, entonces no va ahí la suma del desayuno, la comida, la cena propia de uno. Sinceramente es difícil, también estudio, estudio un día a la semana, pero hay un gasto, comprar útiles de la niña y útiles míos, kínder de ella y carrera mía”, dice Diana.

Las autoridades han asegurado que trabajarán para restaurar la economía de las personas afectadas.

“El hecho de que no me haya quedado sin casa, el hecho de que no me haya quedado sin trabajo no significa que no tenga una necesidad ¿no?”, indica Diana Karel Arredonda.

Con información de Marco Dueñas

MLV