Con la procesión de la luz, dieron inicio las festividades del Cristo de Jalpan, en Ixmiquilpan, Hidalgo.
Es la fogata que realmente todos tenemos el corazón para él que es la luz de que él nos brinda y pues ahora sí que somos de aquí de Hidalgo y somos una tradición que nunca va a terminar”, explicó Ana María Chávez, vecina de Ixmiquilpan, Hidalgo.
Vecinos de las 78 comunidades de Ixmiquilpan acompañaron al Cristo con antorchas que simbolizan la renovación del fuego y la luz que ilumina y bendice su camino.
Cada uno de esos, por ejemplo, las ollas representan la iluminación que nos da dios, a todo el pueblo para cada uno de nosotros”, señaló Fernando Medina, vecino de Ixmiquilpan, Hidalgo.
Al llegar al convento de San Miguel Arcángel los fieles acercaron las antorchas a las ollas y encendieron las luminarias alrededor de la Parroquia.
Como fue hace muchos siglos, es la renovación de los valores de la cultura otomí, iluminan estos tiempos difíciles e incendian su esperanza para seguir cultivando la tierra y conservar su fe. Este es un puente extraordinario entre la cultura otomí y su fe religiosa”, detalló Antonino Martínez Hernández, historiador de Ixmiquilpan, Hidalgo.
En total fueron 78 ollas que permanecieron ardientes y cada una representó a las localidades del municipio de Ixmiquilpan.
Una olla por cada comunidad porque es la identidad de cada una de ellas, lo celebran que cuando menos su nombre esté inscrito en otomí y en un comal que tiene mucho simbolismo y luego la olla que es como una propiedad de su etnia”, aseguró Antonino Martínez Hernández.
Al encendido de luminarias, tradición que data de la de la época prehispánica y que fue retomada hace poco más de 25 años, acudieron alrededor de cinco mil personas.
Con información de Bertha Alfaro
MAP
