ARTE Y CULTURA

Organilleros luchan por preservar esta tradición musical en Veracruz

Lourdes García adoptó el oficio de organillera desde hace dos años por tradición familiar, ya que su esposo y suegro también lo tocaban.

“Es lo que me pasó a mí, que pues yo realmente desconocía de él, pero a través de mi esposo empecé a ver y la gente con gusto te regala una moneda”.

Dice Lourdes que en Veracruz solo hay tres personas que tocan en las calles este singular aparato musical.

“Pero siempre van y vienen, fijo, fijo no hay ninguno. De hecho, en la Ciudad de México es donde más hay, ya hay muy pocos, pero si hay todavía”.

El organillo o cilindro es un instrumento de origen alemán que llegó a México desde hace más de 100 años.

“Es del tiempo de Porfirio Díaz más o menos. Fue un obsequio que le dieron a él, alemán, de hecho el aparato es alemán y el primero que llegá a Veracruz fue para regalárselo a él”.

Dentro de esta caja de madera hay un rodillo con unos puntitos que conforme gira, la manija toca la pieza musical.

Son varias las canciones musicales que interpreta como, el Vals de Alejandra, Si nos Dejan, Reloj, entre otras.

“De hecho hay personas que voltean y se quedan, como, yo lo vi en una película, los jóvenes principalmente. Me ha tocado un señor que hasta lloró, porque dice que creía que se iba a morir sin volver a ver un aparato de estos”.

Lourdes paga 60 pesos diarios por la renta del organillo. Cada día se coloca en una de las calles a tocar el cilindro para el deleite de las personas.

Los organilleros son una tradición en México que no quiere morir.

Con información de Mercedes Espíndola

MLV