Fue el 29 de enero cuando el gobierno de Donald Trump anunció la implementación de una nueva política migratoria que consiste en que los solicitantes de asilo esperen en México mientras se resuelve su caso en una corte de Estados Unidos, y este martes iniciaron las primeras audiencias.
Desde muy temprano los migrantes que tenían su cita cruzaron por la garita de El Chaparral, en Tijuana, y posteriormente fueron escoltados por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), quienes los trasladaron a la corte del centro de San Diego.
No quiero tirarme del muro, quiero ser algo legal, quiero hacer algo legal, no estar brincando el muro cada rato”, dice un migrante centroamericano.
A la una de la tarde iniciaron las audiencias preliminares. Uno a uno pasaron con el juez y se les proporcionó un traductor. Iban acompañados de sus representantes legales, quienes han ofrecido sus servicios de manera gratuita.
Seis hondureños y 1 guatemalteco tenían cita, sin embargo, un hondureño no se presentó. En el juicio, dos de los migrantes solicitaron aplazamiento del caso debido a que sus abogados se encuentran en Oakland. Otros dos pidieron permanecer en territorio estadounidense en lo que se resuelve su estatus migratorio.
Difícil todo proceso, es difícil, solo esperar, ser paciente y cuidarse sobre todas las cosas”, señala un migrante centroamericano.
Tanto abogados como activistas aseguran que el nuevo sistema cuenta con fallas.
La semana pasada algunas audiencias tuvieron que ser pospuestas debido a la falta de comunicación entre las notificaciones que se daban a los individuos, quienes tenían una fecha para corte, y la Corte de Migración decía otra fecha. Como resultado, muchas personas no pudieron presentarse a sus audiencias”, señaló la abogada Robyn Bernard.
Pedro Ríos, director del Comité de Amigos, declaró:
Hay complicaciones en cómo los abogados van a poder representar a una persona que se encuentra en México, porque la autoridad que ellos tienen de abogados es en California y no en México”.
A todos los migrantes se les fijó una nueva cita ante un juez de migración y también se les proporcionó un documento que acredita la cita, para poder ingresar nuevamente a territorio norteamericano.
Mientras tanto, la incertidumbre invade a cada uno de ellos. Cada caso distinto, pero todos tienen un mismo sueño.
Con información de Estefanía Báez
MLV
