Movidos por la fe, miles de peregrinos han llegado a la Basílica de Guadalupe.
Caminaron durante días, pero no se les ve cansados. Apenas llegan al atrio y toman fuerza para bailar o cantar.
No hay un sólo instante en que se guarde silencio.
Las porras a La Guadalupana se escuchan por todo el atrio.
Vienen ataviados con lentejuelas, sombreros hechos con flores o plumas de colores.
Las mañanitas se escuchan igual afuera que adentro.
Entre la multitud apareció arrodillado Roque, un joven originario de Puebla, que cruzó el atrio con la imagen de la Virgen en la espalda, pesaba alrededor de 30 kilos.
Lloraba y en silencio le agradecía a la Virgen la salud de su padre.
“Vengo a cumplir una promesa que sanara a mi papá y cuidara a mi familia. Sí, pero la fe es lo que más vale”, explicó Roque.
Es la fe a la guadalupana lo que hace que cada año lleguen hasta aquí millones de personas.
Este año se espera que alrededor de ocho millones visiten la Basílica de Guadalupe desde el fin de semana y hasta el jueves.
“Es una aventura muy padre. Sufres, pero te emociona llegar”, comentó Iván Merino, peregrino.
Por la tarde, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) puso en marcha un operativo de vigilancia de precios.
“El operativo inició el día 3 de diciembre al 12 de diciembre con varios módulos, los cuales están laborando 80 funcionarios de la Profeco; están distribuidos por toda la zona recibiendo quejas, para que todos los servicios no tengan aumentos extraordinarios”, detalló Ricardo Sheffield Padilla, procurador federal del Consumidor.
Se instalaron módulos en el atrio y alrededores de la Basílica.
El procurador recorrió el Mercado de la Villa en donde pidió a los comerciantes que se exhibieran los precios.
En la alcaldía de Gustavo A. Madero hay ley seca desde este lunes hasta el jueves 13 de diciembre; para mantener el orden y la seguridad.
Con información de Guadalupe Madrigal
MAP
