ARTE Y CULTURA

Especialistas analizan en Despierta la relación del poder y los medios

El analista Javier Tello, Gabriel Guerra Castellanos, internacionalista; y Marco Levario Turcott, editor, analizaron los conflictos de la relación entre los medios y el poder, a partir del estreno de la película The Post, basada en hechos reales. Los especialistas relatan, en Despierta con Loret, que la cinta cuenta la historia de la filtración, en 1971, de los documentos del Pentágono sobre la guerra de Vietnam y la lucha de los diarios The Washington Post y The New York Times por el derecho a publicarlos.

En la película, dirigida por Steven Spielberg, Merryl Streep interpreta a Katharine Graham, la editora de The Washington Post y una de las primeras mujeres en ostentar un papel de liderazgo en una compañía estadounidense. Tom Hanks es Ben Bradlee, editor ejecutivo del diario, famoso por su papel en la serie periodística que desencadenó el escándalo Watergate durante el gobierno del presidente Richard Nixon.

De acuerdo con Marco Levario, la película denota “la presión del gobierno para, en las relaciones de su comunicación, querer supeditar a la prensa a los dictados del gobierno, coartando la libertad de expresión”, aunque también, aclaró, “se trata de una película que pone en alto el periodismo y soslaya la historia; además de que faltan matices y autocrítica”.

Para Javier Tello, “pocas historias se cuentan tan bien como las cuentas Spielberg”, y The Post “retrata las dimensiones de los retos del periodismo, sus relaciones con el poder, Katharine Graham con amistades poderosas; también retrata la tensión entre el periodismo como negocio y el periodismo como servicio al público; retrata el tema de las mujeres en los negocios, en un mundo en el que no había mujeres en los negocios; retrata temas interesantes”.

Gabriel Guerra Castellanos aseguró que los gobiernos “usan el argumento de que la publicación de cierta información es antipatriótica; recuerdo cuando en tiempo de (Miguel) De la Madrid comenzaron las críticas fuertes al gobierno de México en medios extranjeros y la respuesta natural era calificarlo como ataques contra México”.

Coincidieron en que hay momentos en que los propios comunicadores tienen el deber de analizar la pertinencia de publicar o no alguna información. “Hay momentos en los que se debe refrenar la publicación, porque la prensa no está para servir a gobernantes, sino a gobernados, y se debe seguir ese hilo conductor; el hilo conductor está en función del aporte público de una información”, consideró Marco Levario.

Gabriel Guerra indicó que “tiene que haber criterios claros para la comunicación; si se pone en peligro la vida de agentes, es cosa de sentido común; pero no puedes pensar que algo que daña al gobierno daña a la patria”.

Coincidieron en que un periodista debe analizar “si hay o no un riesgo a ciudadanos, cuando se trata de un documento preparatorio de una acción de seguridad”, además de que “una noticia falsa puede presionar a una persona y destrozarle la vida; porque también hay pruebas del enorme daño que puede generar un periódico”.

Por otro lado, de acuerdo con Javier Tello, la cinta de Spielberg retrata “la debilidad como negocio de un medio de comunicación; porque es un negocio, tiene dueños, debe generar utilidades y cómo eso debe convivir con la tarea de informar”.

La dualidad, dijo Guerra Castellanos, “se resuelve sin mezclar lo editorial con lo comercial; aunque también entra el factor judicial, porque la vía que usa el gobierno es demandar ante un juez, con lo cual quedan en desacato si publican la información, mientras se revisa la veracidad; es un limitante contrario a la libertad de expresión, porque el gobierno tiene jueces simpatizantes”. Lo interesante, señaló Javier Tello, “es que 50 años más tarde, el conflicto Estado-medios sigue vigente; por eso se mete Spielberg; por eso aceptan Streep y Hanks”.

La cinta, en la actualidad, “señala que las instituciones que norman la democracia se encuentran desfasadas y en no pocas ocasiones los políticos las ponen en entredicho”, afirmó Marco Levario; “ahora los políticos descalifican a los medios y los sustituyen por las redes sociales”, porque “siguen operando en la descalificación del otro, como ruptura y dilución del otro, porque no puede nadie pensar distinto”.

De acuerdo con Javier Tello, “lo que ha pasado es que antes había más unidad entre medios y los tradicionales eran los únicos; ahora hay fragmentados, pero no creo que los políticos sean distintos, siempre han convivido en tensión con los medios, a veces se necesitan, pero de repente se tienen que criticar”.

Para Gabriel Guerra, “son los mismos políticos, pero más descarados, porque antes no salían a hostigar públicamente a un medio o a denostar y a amenazar a los comunicadores. Lo cierto es que, como hay nuevas vías de comunicación, los medios tienen que aprender a usarlas, tienen que aprenden a usar las redes o se pierden”.

Marco Levario insistió en que “los medios tradicionales han roto la influencia que tenían y en esa misma idea no es lo mismo hablar de los jóvenes de los setenta y los del 2018, que no ven en los medios de comunicación su retroalimentación; ahora enfrentamos el fenómeno de las fake news, donde el periodismo se diluye”. Antes, puntualizó, “se verificaba, tenías tres meses para revisar el trabajo; ahora te tardas segundos y casi en paralelo están buscando que se vuelva viral”.

Gabriel Guerra Castellanos señaló que discrepa con esa postura, “porque los jóvenes siguen a youtubers o personajes de las redes que son los nuevos medios, pero se alimentan de los medios tradicionales”, además, “las fake news existen desde que existen los medios”.

Explicó que, en la zona de Palenque o Chichén Itzá, “las estelas eran un mecanismo de propaganda que cantaban las loas del ejército conquistador y de ahí nos arrancamos hasta la cobertura de la Guerra del Golfo, donde algunos periodistas hablaban de la liberación de Irak como de la liberación de París”.

Javier Tello señaló que “la tecnología ha cambiado, pero el fake news está presente. El soplón es una parte de estas investigaciones; pero en México hay poco de eso y es un tema interesante de analizar, porque hay chisme, pero poco soplón”.

 

 

(con información de Despierta con Loret)

tfo