POLíTICA

El segundo debate presidencial; análisis en ‘Estrictamente Personal’

Enrique Quintana, director del periódico ‘El Financiero’, y Luis Miguel González, director general editorial del periódico ‘El Economista’, analizaron este lunes en ‘Estrictamente Personal’ el segundo debate presidencial, rumbo a las elecciones del primero de julio.

Quintana sugirió que los candidatos presidenciales debatieron sin debatir, es decir que no se conocieron argumentos en un sentido o en otro y lo que dominó fueron los calificativos, los apodos.

“Si se esperaba la confrontación de ideas y de propuestas francamente no sucedió. Hubo pocas ideas y pocas propuestas”, dijo el director del periódico ‘El Financiero’.

Destacó que, sobre el tema de la inversión en la Ciudad de México durante el gobierno de López Obrador, los participantes en el debate hubieran podido evaluar qué pasó y lo único que hubo fue una guerra de fuentes, entre Anaya y López Obrador, respecto a la venta de Banamex y Bancomer durante la gestión del tabasqueño.

Luis Miguel González señaló que históricamente hay una tradición donde se le adjudican a la Ciudad de México inversiones hechas en el resto del país, pero si la sede corporativa está en la Ciudad de México se le adjudican a ésta.

Dijo que el caso más polémico es el de las automotrices, ya que éstas se localizan en “zonas automotrices” pero sus sedes fiscales en la Ciudad de México.

Para Enrique Quintana, López Obrador no está sumando algo que no debe, respecto a la inversión en la Ciudad de México durante su gobierno, sino que la Secretaría de Economía y las estadísticas oficiales así lo hacen.

Sobre la invitación que hizo el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a Donald Trump, cuando éste era candidato, Luis Miguel González consideró que pudo haber sido un error a la luz de todo lo que sabemos ahora, pero en ese momento era una decisión que tenía su lógica.

Dijo que sobre este tema a José Antonio Meade lo “agarraron un poco frío” en el debate y que le hubiera gustado otra respuesta por parte del candidato, además de que éste dejó claro que mantiene la lealtad al proyecto de Peña Nieto.

Agregó que los candidatos estaban tan “embalados” en sus propios argumentos y en el guión que les dieron, que dejaron del lado temas que están en el aire, como la recalendarización del TLC, el tipo de cambio y la reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.

“Son temas que para una discusión de México en el mundo, para una discusión del TLC, mínimo un guiño con la realidad”, puntualizó el director general editorial del periódico ‘El Economista’.

Para Enrique Quintana, aunque la discusión durante el debate hubiera sido sólo sobre Estados Unidos, no puede ser que se esté a punto de redefinir el tratado y los ahora candidatos no dicen nada de cómo va a ser la renegociación que será muy probablemente en el 2019.

“Estos señores son los que van a encabezar esa negociación, van a ser los que nombren a quienes van a sentarse en la mesa probablemente con los representantes del señor Trump y no escuchamos nada en el debate de algo que va a ser trascendente”, puntualizó el director de ‘El Financiero’.

Al ser cuestionados por Raymundo Riva Palacio, conductor de ‘Estrictamente Personal’, sobre si los candidatos dijeron algo que permita darse cuenta de cómo gobernarían, Luis Miguel González dijo que los candidatos mostraron mucho, pero dijeron poco y hubo momentos en que era como si se les hubiera caído la máscara y se mostraba más la parte del carácter. Destacó el lenguaje corporal y ciertos gestos de los participantes.

“Nos mostraron más de lo que querían mostrar de cómo son, pero nos dijeron menos de lo que deberían, de qué van a hacer”, dijo González.

Según Enrique Quintana, Ricardo Anaya es el que tiene un mejor movimiento en escena y el que aprovecha más los espacios, pues tiene probablemente una “vocación teatral más desarrollada”.

Agregó que el que se defendió fue Andrés Manuel López Obrador, quien iba a administrar la ventaja y a no contestar, por lo que resultó sorprendente que algunas cosas sí las contestara.

Respecto al momento en que López Obrador sacó la cartera y dijo que la iba a proteger de Anaya, Quintana dijo que actos como éste trivializan el debate si se convierten en materia de comentarios, pero para Luis Miguel González este tipo de hechos “nos llevan a un close up de algo que es grotesco”, pues ninguno de los dos candidatos se va a esfumar en un futuro del planeta y probablemente tengan que tomar grandes decisiones.

“Imagínense a uno de los dos diciendo ‘ésta es mi cartera y la quiero cuidar porque tengo reunión contigo’… en qué contexto eso es una frase para romper el hielo entre dos personas…”, dijo el director de ‘El Economista’ y enfatizó que no sólo está en juego la Presidencia y el Congreso, sino la alineación de planetas para la gobernabilidad del 2019 en adelante.

Para Enrique Quintana, el debate refleja el tono de las campañas, que es un tono crispado donde los calificativos no solamente han estado presentes en este encuentro sino en los mítines y en las declaraciones. Consideró que después del 2 de julio se va a tener que dar el carpetazo y tratar de construir la gobernabilidad.

“El tono no ayuda, sería mucho más natural que luego se contrastaran propuestas, si la diferencia fuera de ideas sería más fácil reconstruir después, cuando es de insultos personales y calificativos creo que sí puede generar una dificultad”, subrayó el director de ‘El Financiero’.

Sobre “La alianza para el progreso”, propuesta por López Obrador, y “La alianza para la prosperidad”, firmada por los presidentes Peña Nieto y Obama para apoyar la infraestructura en Centroamérica, Luis Miguel González aseveró que a José Antonio Meade se le pasó tocar este tema en el debate, a pesar de que al candidato le apasiona la relación con Guatemala pues considera que es el complemento natural a la política regional exterior de México y “tener un Guatemala próspero representa para nosotros exactamente lo mismo que para Estados Unidos tener un México próspero”.

González agregó que el único punto en donde hubo cierto debate de ideas era el referente a qué se va a hacer con Centroamérica y sin embargo el candidato que menos aportó es el que conoce bien dicho tema, en referencia a Meade.

Sobre la diversificación de mercados, Enrique Quintana afirmó que pese a estar “diversificando mercados” se está exportando el 82% a Estados Unidos y “así lo vamos a seguir haciendo”.

Agregó que la diversificación de mercados es algo deseable y probablemente se logre algo exitoso y se baje a 79% el porcentaje de exportaciones a Estados Unidos, pero cuando tienes al mercado más grande del mundo, cuando tienes las relaciones construidas, la logística, es un buen deseo la diversificación de mercados, pero el negocio nos lleva de manera natural a Estados Unidos.

Luis Miguel González, director general editorial del periódico ‘El Economista’, intervino y enfatizó que México es muy caro para mover mercancías, pues tiene competitividad en las fábricas, pero es poco competitivo en logística.

Agregó que no sólo es la corrupción en las aduanas o los peligros para los migrantes, sino que la mercancía fluye muy mal en el territorio mexicano, las aduanas, el sistema de fronteras no está a la altura de una relación comercial que mueve más de mil millones de dólares diarios.

Respecto a la política migratoria y las posturas de los candidatos, Luis Miguel González dijo que Ricardo Anaya puso mucho énfasis en la enorme deuda que se tiene con  Centroamérica, lo cual le quita autoridad moral a México frente a Estados Unidos, por lo que su reflexión fue más hacia el lado de qué es lo que se debería dejar de hacer.

El director de ‘El Economista’ destacó la necesidad de entender el tema migratorio como “un continuo”, que nos obliga a pensar desde Centroamérica hasta Canadá, es decir no se puede resolver un tramo de este territorio sin tener que pensar en los otros.

Sentenció que tenemos una política, en lo referente a migración, que se volvió más vieja que el TLC y no necesitamos una negociación trilateral para modernizarla.

Enrique Quintana mencionó la propuesta de López Obrador de vincular al TLCAN con el tema migratorio, pero advirtió que si se quiere condicionar la parte comercial al tema de la migración tal vez no se vaya a conseguir un acuerdo, al menos mientras Donald Trump esté en el gobierno.

Sobre el formato del segundo debate, González dijo que la incorporación de preguntas del público se presentó como la gran innovación, pero por momentos parecía “más parte del paisaje que una interacción viva con los ciudadanos”.

Agregó que le pareció un poco demagógico incorporar ciudadanos, como diciendo “ya somos modernos, ya somos incluyentes”.

Enrique Quintana, director del periódico ‘El Financiero’, dijo que el formato no le gustó, porque se “quedó a la mitad”, buen intento y mala realización pues la gente leyó y no preguntó espontáneamente, lo que dio la impresión de que estaba muy artificioso.

Además, señaló, que las preguntas de los participantes tampoco abonaron en la discusión, y lo que dominó fueron las preguntas de los conductores.

Aseveró que en este formato no queda muy claro el rol de los conductores, pues no se sabe si sólo cuestionan o emiten opinión. Se refirió a los 24 minutos que se pasó el segundo debate del tiempo calculado y dijo entender que éstos se debieron a las extensas preguntas de los conductores.

Sobre las reacciones de los candidatos durante el debate, Luis Miguel González, director general editorial del periódico ‘El Economista’, aseguró que había mucha crispación en el debate y hubo momentos en que parecía que lo que estaban a punto de decir era “das un paso más y te rompo la cara”. Agregó que el público disfruta los momentos en los que cada uno de los candidatos se sale de su zona de confort porque una candidatura es una empresa muy producida y estas interacciones improvisadas generan situaciones que nos permiten asomarnos a ver qué hay detrás de cada máscara.

Enrique Quintana destacó la falla de la producción cuando “El Bronco” pidió a López Obrador que abrazara a Meade y a Anaya y la gente se quedó con las ganas de ver el abrazo pues la cámara estaba enfocando al candidato independiente y no a Anaya con López Obrador.

“Creo que es un buen intento, pero todavía se necesita más para poder revelar ese tipo de respuesta bajo presión de los candidatos”, concluyó.

Con información de Estrictamente Personal

AAE