ECOLOGíA

El oso Kodiak, otro gigante que habita Alaska

Volamos sobre la península de Katmai hasta pasar el estrecho de Shelikof. Nuestro destino es el Refugio Natural de Vida Silvestre de la Isla de Kodiak, donde habita el oso pardo más grande del mundo, una subespecie también conocida como oso Kodiak, un gigante de Alaska.

Esta es la tierra ancestral de los Alutiiq; se llamaban a sí mismos Sug-piaq, que significa “los hombres reales”. Los descendientes de los antiguos pobladores siguen llamando “Taq-uka-aq” al gigante de Kodiak.

Osos pardos de Alaska (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

 

Se estima que, en promedio, en la isla de Kodiak existe un oso por cada dos kilómetros cuadrados.

“Si por algún motivo uno hace contacto con un oso, hay que tirarse al suelo, taparse el cuello y tratar de esconder la cara con los brazos. No son agresivos, no va a haber problemas, pero la manera más rápida de buscarse un problema es echarse a correr”, explica Tia Shoemaker, guía en la península de Alaska.

Lago con salmones en Alaska (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Comenzamos nuestro recorrido. El terreno es irregular, pero se distinguen claramente las enormes huellas del gigante de Kodiak. Queremos llegar a la desembocadura del río Karluk.

Se estima que en la isla de Kodiak existen 3 mil 500 osos cafés u osos de Kodiak, es una subespecie.

De pronto, logramos registrar un oso que se aproxima lentamente río arriba, nos ha olido, aunque no tienen buena vista, su sentido del olfato está muy desarrollado. Se mueve entre los matorrales, lo tenemos a menos de 30 metros. La indicación de la guía es que nadie se mueva. Finalmente, decide seguir su camino. Ha sido un encuentro encantadoramente inesperado.

El lago Karluk tiene más de 19 kilómetros de largo y en su cuenca se pueden encontrar las cinco especies del llamado salmón salvaje de Alaska.

Salmón rojo de Alaska (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Estos son salmones rojos, también llamados “sockeye”. Han recorrido miles de kilómetros desde el mar. No han comido desde que comenzaron el viaje y no volverán a alimentarse nunca más. Luchan desesperadamente por remontar la corriente del río. Buscan los lechos de piedra para comenzar a desovar para luego simplemente morir.

Pero desde la orilla, los acechan sus predadores. La icónica águila calva, perchada en los árboles de frondosas no dejará pasar esta oportunidad. Y en las orillas, el oso Kodiak nos demuestra que es un excelente cazador.

“Cada oso es único, tienen su propia personalidad. Son osos bien inteligentes. Se dice que su intelecto está entre el de un perro y el de un primate, y verlos pescar, saben cuándo es el momento correcto cuando viene el pez”, afirma Edward Ward, del Brown Kodiak Bear Center.

En nuestra última noche en la isla de Kodiak, una tormenta de nieve advierte que el invierno ha llegado. Es la primera nevada del año. Los osos Kodiak se irán a sus madrigueras a hibernar.
nosotros… nos vamos al norte de Alaska…

Mañana, los osos polares de Kaktovik.

Con información de Alberto Tinoco GUadarrama

MLV