Desde hace casi una década, los residentes de esta área del sur de Brownsville, Texas, localizada en los límites fronterizos con Matamoros, Tamaulipas, han vivido con la realidad de un muro, literalmente a metros de sus casas.
Es aquí donde desde el 2006, el presidente George W. Bush construyó una barda fronteriza que se extiende más de 1,200 kilómetros desde Brownsville, Texas, hacia el oeste; siguiendo la cuenca del Río Bravo, y atrapando a comunidades enteras, en Brownsville, entre el muro y el Río Bravo.
Dificultando, además, la vida de quienes ahí habitan e, incluso, el resguardo de su seguridad.
“Se nos hace un poco difícil llegar al lugar de los hechos, dependiendo de cuando nos hablan, especialmente la policía Fronteriza que tiene una persona que está herida, una persona que está dando a luz, a veces se nos hace un poco difícil llegar ahí, en corto tiempo, porque tenemos que buscar primero las compuertas para llegar a ese lado. Se tienen que abrir y tenemos que llegar al lugar de donde necesitan esa ayuda”, explicó Carlos Elizondo, jefe de bomberos de Brownsville, Texas.
El presidente Trump ha propuesto reforzar y ampliar a los 3 mil 500 kilómetros de frontera el muro de Bush.
Comunidades en Estados Unidos quedarán cercadas por muro. (Noticieros Televisa)
El jefe Elizondo, afirma que éste, ni frenaría la migración ilegal, ni el tráfico de drogas y dificultaría más labores como las de él.
“De que llegamos, vamos a llegar. Pero si no estuviera el muro, ya no habría esa necesidad de buscar las compuertas y luego dar la vuelta hasta donde tenemos que llegar. Igual, regresarnos otra vez hasta la compuerta y llevarlos hasta el hospital, si es necesario”, dijo.
Residentes que votaron, en su momento por George W. Bush y en las elecciones pasadas, por Trump, viven en propiedades literalmente divididas por el muro que ya existe.
El muro de Trump dividirá a estadounidenses. (AP)
“Duele ver este muro ahí, que dice, si, vives en los Estados Unidos. Sí, vives en una democracia; pero no eres libre”, afirmó Greta Vitz, residente del Club de Golf River Bend.
“Lo único que yo he visto es una presencia fuerte de la Patrulla Fronteriza. He visto ilegales cruzar también y siguen haciéndolo”, narró Juez Ronald Nichols, residente del Club de Golf River Bend.
Jeremy Bernard, dueño del Club de Golf River Bend and Resort, localizado literalmente a metros de la frontera que divide México con los Estados Unidos.
Por casi 70 años, su familia y vecinos han votado abiertamente por el Partido Republicano, no obstante, nunca antes su voto podría costarles tanto.
“Iba a comenzar un millón de dólares de construcción, al principio de este año. No obstante, la pregunta es, ¿dónde es que se construirá este muro?”, cuestionó Jeremy.
En el 2006 la administración Bush, con el muro que irónicamente inicia en su propiedad, literalmente separó un tercio de este Club valuado en poco más de 250 millones de dólares, del resto de la propiedad. Dejando a sus residentes aislados de uno de sus principales atractivos: el río.
Con la expansión de la valla que promueve Trump, el valor de los terrenos se desplomará más.
“Si yo construyo estos condominios y estamos cenando en el patio, esta sería la vista. Si Trump se sale con la suya, esta barda sería un muro 7 metros más alto ¡y eso es imposible de vender! Queremos ser un resort de lujo, y un muro dividiéndolo, simplemente lo hace imposible”, señaló Bernard.
Con el muro de Trump, según los planos, los residentes del lujoso club se quedarían encerrados entre éste, al norte, y el de Bush al sur.
“Además, estas residencias que son parte de nuestro resort, ellos sí están del lado favorable del muro, pero tienen una barrera fronteriza en sus patios. Por ende, el valor de sus propiedades se diluye, porque cambiaron su ambiente y afectaron la belleza de su vista. Si construyen un muro que los dividan del resto del resort y les impidan entrar al campo de golf, agrega a la calamidad de la situación”, reiteró el dueño de Club de Golf River Bend.
Barnard ha ofrecido sus tierras de manera gratuita, para albergar una base de operaciones de inmigración.
“Les dije, Si ustedes quieren construir una estación de inmigración aquí, yo les doy tierras para que lo hagan. Construyan una base de operaciones, ósea, ya lanzan sus botes desde aquí; porque no tener a alguien aquí las 24 horas del día los 7 días de la semana. No queremos pelear con el presidente, solo queremos que se nos trate justamente”, concluyó Jeremy Bernard.
El muro de Bush, tras siete años de su construcción, quedó incompleto y no logró frenar ni la inmigración ilegal ni las toneladas de drogas que se trafican por encima, alrededor o por debajo del mismo. Y según legisladores y alguaciles de la frontera, el nuevo, tampoco lo lograría.
Con información de Francisco Villalobos
KAH
