ESTADOS UNIDOS

El caso de la presunta espía rusa Maria Butina en EU

Esta mujer es rusa tiene 29 años, se llama Maria Butina y el Departamento de Justicia de Estados Unidos dice que es una espía, que ofrecía sexo a cambio de una posición en una organización de interés especial.

Butina sería una Red Sparrow o Gorrión Rojo, en referencia al nombre de la película de reciente exhibición, en la que se retrata a una espía rusa, entrenada para usar todos los medios necesarios, incluido su cuerpo para lograr su misión de infiltrar los altos círculos del poder en Estados Unidos en favor de su madre patria, la Federación Rusa.

Pero, aunque ha sido comparada con la película, Butina sería una espía rusa de verdad.

El pasado lunes 16 de julio, en medio del escándalo por la conferencia conjunta entre Trump y Putin en Helsinki, la noticia del arresto de Butina que tuvo lugar el domingo 15 en Washington, pasó casi desapercibida, pero ahora está cobrando mayor relevancia por su posible conexión con la operación de injerencia rusa en Estados Unidos, que de acuerdo con la inteligencia americana, el propio presidente ruso, Vladimir Putin, habría aprobado.

Hace unos años, Butina puso una tienda de muebles en su natal Siberia, luego se volvió publirrelacionista y finalmente se convirtió después en una conocida activista del derecho a portar armas en Rusia, fundando una organización llamada “Right To Bear Arms”.

En 2016, la joven obtuvo una Visa para estudiar un posgrado en relaciones internacionales en American University en Washington, aparentemente con la esperanza de lograr después una visa laboral. Se graduó apenas en mayo y, de hecho, habría ofrecido sexo a un estadounidense a cambio de trabajo en una organización de especial interés político.

Los documentos que apoyan la acusación de Butina revelan que al menos desde 2013, la supuesta activista operó bajo la dirección de un funcionario ruso de alto rango para lograr su introducción a estadounidenses con influencia política.

Aunque la acusación no revela el nombre del funcionario ruso está bien establecida la conexión de Butina con Alexander Torshin, un hombre cercano a Putin, exdirector adjunto del Banco Central ruso, quien ha sido señalado como un “padrino” en distintos círculos del crimen organizado y es miembro de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en Estados Unidos, la organización más influyente en el partido Republicano.

De acuerdo con el New York Times, Butina y Torshin se embarcaron en al menos dos intentos infructuosos de reunir a Trump y Putin, sin embargo, lograron conocer en 2016 a Donald Trump Jr, en una cena de la NRA.

La noche de noviembre de 2016, que Trump ganó las elecciones, Butina mandó un mensaje a Torshin, diciéndole “Me voy a dormir, son las 3:00 am aquí. Quedo lista para recibir más instrucciones”.

Butina se involucró profundamente en la NRA, presentándose como activista y representante de la organización que fundó en Rusia.

En 2015 llevo a Moscú a varios miembros de la Junta Directiva de la NRA.

También participó activamente en la Conferencia Conservadora de Acción Política.

Pero la rusa no mantuvo bajo perfil en sus actividades, por el contrario, comunicaba su activismo en favor de la portación de armas en cuentas de Facebook, Twitter e Instagram.

A veces daba alguna entrevista y se dejaba fotografiar en eventos de los círculos conservadores estadounidenses.

En 2015, asistió incluso a un evento el que, como parte del público, hizo una pregunta al orador que era el entonces precandidato Donald Trump.
El FBI descubrió numerosas comunicaciones entre Butina y el Servicio de inteligencia ruso (FSB), sucesor de la KGB soviética.

También hay evidencia de que la presunta espía estuvo en comunicación con un oficial ruso que la motivaba frecuentemente, comparándola con Anna Chapman, la espía rusa arrestada en Estados Unidos en 2010 y regresada a su patria en un intercambio de prisioneros.

Butina mantuvo además constante contacto con oligarcas rusos para obtener fondeo a sus operaciones de influencia y existen fotos de ella con el exembajador de Rusia en Estados Unidos.

La rusa habría obtenido mayor acceso a influyentes políticos, cultivando una relación sentimental con un estadounidense, de 56 años, quien por la descripción es muy probablemente Paul Erickson, un conocido operador republicano, quien también intento reunir a Trump y Putin.

Maria Butina fue acusada, el lunes 16 de julio, de conspiración para actuar como agente de Rusia y se encuentra detenida.

El miércoles le fue negada la libertad bajo fianza por el alto riesgo que existe de que huya del país. Con sólo entrar a un vehículo de la embajada rusa se pondría a salvo y escaparía.

Agentes de Estados Unidos informaron a la juez que lleva su caso, que Butina tenía ya hechas sus maletas y había movido su dinero a Rusia, lo que indica que estaba lista para dejar Estados Unidos. Si fuera encontrada culpable podría ser sentenciada hasta a 15 años de prisión.

La vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia dijo que los cargos contra Butina fueron planeados deliberadamente en tiempo y forma para que su aprehensión socavara los resultados de la cumbre del lunes entre Putin y Trump.

En su cuenta de Twitter, el Ministerio ha puesto una foto pidiendo su liberación.

Su abogado asegura que Butina es solamente una estudiante y activista.

La justicia de Estados Unidos dice que se trata de una espía Gorrión Rojo, una Red Sparrow.

Con información de Ariel Moutsatsos
RAMG