ESTADOS UNIDOS

Un año de Donald Trump en la Casa Blanca

A exactamente un año de la sorpresiva victoria de Donald Trump, la percepción de los estadounidenses es que el incendiario presidente no ha concretado muchas de sus promesas de campaña.

Al menos eso es lo que reflejan los sondeos, su nivel de aprobación, según una encuesta de The Washington Post y ABC se ubica en mínimos históricos, siendo que 37 por ciento de los estadounidenses lo apoya y que 59 por ciento rechaza su gestión.

La mañana del 8 de noviembre de 2016, prácticamente todos los medios y la opinión pública daban por hecho que Hillary Clinton sería la siguiente inquilina de la Casa Blanca, el majestuoso escenario para que la demócrata diera su discurso de aceptación estaba listo, el diario The New York Times auguraba que había 85 por ciento de probabilidades de que Clinton se convirtiera en la primera presidenta de Estados Unidos.

Conforme se computaron los resultados era claro que los numerosos tropiezos de la campaña Clinton habían tenido un impacto en las urnas y a que el mensaje de Trump en ocasiones calificado de ofensivo y racista había resonado en prácticamente la mitad de un país totalmente dividido.
Para el final de esa noche Trump había logrado 306 votos electorales contra los 232 de la exsecretaria de Estado.

Pocos vieron venir la victoria de Trump cuando aquel 16 de junio de 2016 anunció su candidatura.

Incluso algunos pensaron que como presidente electo y una vez al frente de Washington suavizaría su discurso, la realidad es que no ocurrió. Su afición a dar avisos importantes, en ocasiones imprecisos y ofensivos por medio de Twitter se agudizó, desde sus primeras horas en el Despacho Oval se centró en deshacer el legado de su predecesor Barack Obama y en intentar llevar a cabo sus propuestas más radicales, muchas de las cuales no ha logrado concretar, el mejor ejemplo, el muro en la frontera con México.

Analistas políticos consideran que Trump logró llegar al poder por oponerse al establishment y por captar la atención de los poco educados, es decir de aquellos poco preparados que hasta ese momento consideraban que el gobierno no veía por sus intereses, su base de votantes apoyaba a un movimiento, no a un partido.

A pesar de que Clinton es una mujer muy preparada, no supo ser una buena candidata, algunos de los factores que más contribuyeron a su derrota fueron: el escándalo de los correos electrónicos, el anuncio de que el FBI reabría las investigaciones en su contra a 10 días de las elecciones, su falta de conexión con los votantes más jóvenes y su poca popularidad en los estados del llamado cinturón industrial.

A 10 meses de haber tomado el poder Trump ha sido criticado por no reprobar las acciones de violencia de la extrema derecha, en cuanto al sistema de salud no ha sido capaz de derogar y reemplazar Obamacare; retiró a Estados Unidos del TPP y del Acuerdo Climático de Paris, dio marcha atrás a la normalización de las relaciones con Cuba y amenazó con abandonar el acuerdo nuclear con Irán, no descarta una “acción militar en Corea del Norte y perseguir inmigrantes indocumentados y castigar a las ciudades santuario que los protegen, se ha convertido en prácticamente un pasatiempo de su administración, administración que por cierto ha perdido alrededor de 15 integrantes ya sea porque los corrieron o porque renunciaron.

Un año después de su sorpresiva victoria, Trump asegura que no hubo colusión entre los rusos y su equipo de campaña, a pesar de que la investigación del FBI cada vez encuentra más pruebas y hoy más que nunca afirma que los medios de comunicación son deshonestos.

Lo importante es que Donald Trump ya comenzó a reunir fondos para su campaña por la reelección.

Con información de Valentín Cataldo.

FJMM