POLíTICA

Escándalo del Rusiagate acecha a Donald Trump

La investigación para determinar los nexos entre el gobierno ruso y miembros de la campaña de Donald Trump, así como su injerencia en las elecciones de noviembre de 2016, dio un golpe al primer círculo del presidente.

Se trata de su exjefe de campaña, Paul Manafort y su exsocio Rick Gates, que entre otras cosas están acusados de “conspiración contra Estados Unidos”, tentativa de lavado de dinero y por no registrarse ante Estados Unidos como agentes de un país extranjero.

El señor Manafort representó campañas a favor de la Unión Europea para el gobierno de Ucrania. Lo que quería era promover la democracia y ayudar al gobierno de Ucrania a acercarse a Estados Unidos y a la Unión Europea. Esas actividades terminaron en el 2014, dos años antes de que el señor Manafort sirviera en la campaña Trump”, dijo Kevin Downing, abogado de Paul Manafort.

En total, Manafort y Gates están acusados de 12 cargos. Ayer comparecieron ante una jueza de la Corte del Distrito de Columbia, donde sus abogados dieron a conocer que se declaraban “no culpables”.

Por temor a que pudieran fugarse, se les impuso arresto domiciliario y se fijó una fianza. En el caso de Manafort por 10 millones de dólares y en el de Gates por cinco.

En Twitter, el presidente aseguró que los cargos de los que se acusa a su exjefe de campaña fueron por asuntos de años atrás y que a quien se debería estar investigando es a Hillary Clinton y a los demócratas.

La Casa Blanca dijo que lo sucedido no implica que haya habido nexos entre los rusos y el equipo de campaña de Trump.

El verdadero escándalo de colusión, como hemos dicho ya muchas veces, tiene que ver con la campaña de Clinton, con Fusion GPS y con Rusia. Hay evidencia clara de que la campaña de Clinton coludió con la Inteligencia rusa para desinformar, desprestigiar al presidente y manipular las elecciones. Es algo que hemos dicho desde el primer día, que no hay evidencia alguna de que haya habido una colusión Trump-Rusia. Y la acusación que se presentó el día de hoy no cambia nada en lo absoluto”, aseguró Sarah Huckabee Sanders, vocera de la Casa Blanca.

La investigación también reveló que el exasesor de política exterior George Papadopoulos, quien había negado haber tenido contacto con los rusos, alcanzó un acuerdo con el FBI después de reconocer que mintió en su declaración original sobre una conversación que mantuvo en 2016 con un profesor extranjero con conexiones con el Kremlin, que le prometió “miles de correos electrónicos” con información comprometedora sobre Hillary Clinton.

Papadopoulos también reconoció haber mentido sobre algunas reuniones que trató de organizar entre miembros de la campaña de Trump y funcionarios rusos, e incluso entre el magnate y el presidente ruso, Vladimir Putin.

La investigación que lidera el exdirector del FBI, Robert Mueller, busca determinar si Manafort y otros personajes clave como el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, interfirieron en el proceso electoral manteniendo contactos con funcionarios rusos.

Manafort salió abruptamente de la campaña presidencial en 2016 luego de que se dieron a conocer sus negociaciones con un partido político ucraniano prorruso del que era cabildero y por el que recibió más de 17 millones de dólares.

Desde mayo de 2017, Robert Mueller está al frente de las indagatorias que buscan aclarar el papel que jugó Rusia en el proceso electoral estadounidense. Su nombramiento se produjo poco después de que el presidente Donald Trump despidió de forma repentina al exdirector del FBI, James Comey, quien inició las investigaciones del caso en 2016 durante la carrera presidencial.

En enero de este año, días antes de que Trump tomara el poder, los servicios de inteligencia estadounidenses dieron a conocer que el Kremlin, intervino en la polémica elección presidencial para intentar ayudar al entonces candidato republicano a llegar a la Casa Blanca.

Con información de Valentín Cataldo

HVI