ECONOMíA

Objetivos de Estados Unidos para la renegociación del TLCAN

La oficina de la representación comercial de Estados Unidos dio a conocer un resumen detallado y completo de los objetivos de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En el documento se destaca que la administración que encabeza Donald Trump busca un acuerdo más beneficioso, que reduzca el déficit comercial de Estados Unidos y que sea “justo para los estadounidenses”.

También presente modificar el capítulo 19 del TLCAN, que establece mecanismos de solución de diferencias ante prácticas desleales en materia de dumping y subsidios.

Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, explica que esta pretensión es importante porque “a través de este capítulo se han ganado batallas arancelarias muy importantes para México, el jitomate, el atún, la cerveza, el transporte, y esto ha beneficiado a la parte mexicana, entonces si se echa abajo este capítulo no tiene mucho que analizarse con relación a las preferencias que se otorgan en materia de solución de diferencias.”

El documento preparado por la oficina que conduce Robert Lighthizer pretende mejorar lo que los estadounidenses consideran “desequilibrios comerciales en América del Norte”.

El primer apartado se refiere a comercio de bienes. En él plantean reducir el déficit en la balanza comercial de bienes bilaterales de Estados Unidos con México, que, según cifras de la oficina de representación comercial estadounidense, pasó de un superávit de 1,300 millones de dólares en 1994 a un déficit de 64 mil millones de dólares en 2016; también se busca que se reduzcan las cargar regulatorias en bienes industriales y agrícolas.

En cuanto a medidas sanitarias y fitosanitarias, los estadounidenses buscan establecer nuevas normas transparentes y no discriminatorias, en las que cada país establezca el grado de protección que considere apropiado en cuanto a la calidad alimenticia y salud animal y vegetal.

Negociarán la armonización y simplificación de requisitos aduaneros y de los procesos de importación, exportación y tránsito, así como el fortalecimiento y actualización de las llamadas reglas de origen, para que los productos beneficiados por el TLCAN sean genuinamente de América del Norte, se eviten aranceles y se combatan crímenes financieros.

Ignacio Martínez advierte que, si México “no tiene mucho cuidado con relación a la renegociación de reglas de origen en, principalmente el sector automotriz, puede perder inversión extranjera de armadoras europeas y asiáticas”, aunque, “paradójicamente, el aumento de reglas de origen puede impulsar el mercado mexicano de autopartes ya que habrá mayor demanda”.

Además, los estadounidenses buscarán promover la oferta competitiva de servicios de telecomunicaciones, facilitando la entrada al mercado con una regulación transparente y un regulador independiente.

Plantean un compromiso para no imponer derechos de aduana sobre productos digitales, como música y videos, así como actualizar los beneficios destinados a los productos fabricados en los tres países firmantes.

Promoverán reducir o eliminar las barreras a la inversión y que se prohíba la manipulación de los tipos de cambio.

También que las disposiciones que rigen los derechos de propiedad intelectual tengan un estándar de protección similar a las de Estados Unidos.

Uno de los rubros más importantes es el mercado laboral, donde proponen que los países socios adopten y mantengan prácticas reconocidas internacionalmente; salarios mínimos, horas de trabajo, seguridad laboral y salud en condiciones aceptables.

También proponen que las partes se comprometan a tipificar como delito la corrupción desde el gobierno y que se proporcionen sanciones adecuadas.

Gabriel Pérez del Peral, profesor investigador de la Universidad Panamericana advierte que “la letra chiquita hay que verla con lupa, es bien importante”, aunque reconoce que el documento “se recibió bien y se espera que sea un ganar-ganar de las tres partes del NAFTA 2.0, como le llama la autoridad en Estados Unidos”.

El documento de las autoridades estadounidenses es resultado de más de 12 mil consultas con el Congreso estadounidense, las partes interesadas y el público en general. Los expertos consideraron que México está retrasado en esa materia.

(Con información de Carlos Ibarra, FORO tv)

 

 

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