El primero de cuatro eclipses previstos para el 2017 ocurrió este viernes, 10 de febrero: Un eclipse penumbral de Luna.
Miriam Carrillo, curadora del Museo de las Ciencias de la UNAM, explicó que este “es un fenómeno astronómico muy tenue… coincide justo cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna”.
Notimex
Sabemos que la Luna no tiene luz propia, que recibe la luz del Sol y justo la Tierra se interpone y genera, proyecta una sombra en la Luna, pero esta sombra tiene dos tipos, una que se llama penumbra y otra umbra, la sombra umbra es más oscura y es la que genera los eclipses totales que se ven rojizos y la sombra penumbra es muy leve, es menos oscura y eso hace que solamente el brillo de la Luna disminuya un poco”, detalló.
A diferencia de los eclipses totales o parciales no se observó la ocultación del cuerpo celeste.
La Luna llena se observó oscurecida en muchos lugares de América, Europa, África y en gran parte de Asia.
En la explanada del Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM, se instalaron varios telescopios para que los visitantes pudieran observar éste fenómeno.
El pasar por un telescopio y estar observando es como Galileo cuando hace más de 400 años observó el Universo y es padrísimo, entonces a todos les encanta pasar por un telescopio y tener esta experiencia de casi tocar el astro”, señaló la curadora Carrillo.
A pesar de que fue complicado apreciar el eclipse a simple vista, los habitantes de la Ciudad de México pudieron observar una luna llena brillante.
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Este año ocurrirán cuatro eclipses: dos de Sol y dos de Luna.
En México, sólo se podrán observar dos por la posición del planeta, el de este 10 de febrero y el del 21 de agosto.
Con información de Cinthya Marín.
AGHO/RMT
