Juan Martínez, es un migrante mexicano que se estableció en el poblado de Fabens, Texas, a unos 55 kilómetros de El Paso, Texas.
“Hace más de 35 años llegué y empecé a trabajar en un negocio de tortillería. Duré 15 años trabajando con ella”, explicó el migrante mexicano Juan Martínez.
Luego de trabajar duro, logró establecer su propia tortillería en la comunidad habitada principalmente por personas de origen mexicano.
“Empecé con una maquinita a mano y luego empezamos a hacer la de maíz y después hice tortilla de harina. Con mi familia empezamos a hacer la tortillería poco a poco y así me la pasé vendiendo en las tiendas, ofreciéndole a las tiendas”, narró Juan.
Juan y su familia comenzaron a vender también salsas mexicanas y repostería.
“Aquí estoy gracias a Dios, llegó la amnistía que nos dieron en el año 90, y ahí empecé a hacerme residente. Estoy por hacerme ciudadano americano, pero de todos modos no dejo a mi país México”, afirmó.
Ahora da empleo a mexicanos, porque dice, es la mejor mano de obra.
“Porque el americano, el ciudadano, tienen según mejores carreras o no agarran cualquier trabajo. No quieren trabajos duros, pero un mexicano le entra a todo el trabajo que le pongan, esa es la mano fuerte de un mexicano”, destacó el migrante.
Pese a que es residente a Juan, casado y con cuatro hijos, le preocupa la situación de miles de mexicanos indocumentados que, como él, han llegado a Estados Unidos a trabajar honestamente.
“Me siento mal, regresan a muchos mexicanos. Muchos vienen a hacer su esfuerzo para un mejor trabajo, yo pienso que no vienen a robar, vienen a trabajar, a hacer su trabajo”, señaló.
Juan espera que la política migratoria del nuevo gobierno de los Estados Unidos no destruya y separe a miles de familias de mexicanos que llegan a Estados Unidos a trabajar honestamente.
Con información de Francisco Javier Carmona
KAH
