Cientos de miles de dreamers continúan en limbo luego del que el Congreso aprobara su presupuesto anual que Trump firmó y que los excluye y destina en cambio 1,600 millones de dólares al muro fronterizo y más fondos para aumentar el número de jueces en las cortes de inmigración.
A pesar de todo estoy motivada para seguir con mis estudios, para sacar una carrera, sea aquí o sea en México quiero superar con mi familia, quiero salir adelante con estudios de psicología forense”, dijo Karina Dávila, dreamer mexicana.
La crisis para los jóvenes con DACA o alivio de deportación se intensificó desde septiembre cuando Trump anunció el fin del programa. Karina Dávila de 19 años que emigró de México, de Huazulco, Morelos, es uno de los miles de adolescentes viviendo el temor y la angustia de un futuro incierto.
Ha habido casos de gente que han deportado a veces gente que ya se fue por el propio miedo”, relató
Karina Dávila, dreamer mexicana.
Karina cruzó la frontera a pie con sus padres cuando ella tenía 3 años. Su madre limpia casas, su padre trabaja en una pescadería y hablar con ellos sobre la experiencia migratoria y compartir sus sentimientos resulta a veces muy difícil.
Para mi mamá y para mi papá creo que es un tema muy difícil para tocar a veces, es traumatizante y a veces, un poco, me trae muchas memorias”, aseguró Karina Dávila, dreamer mexicana.
Trump firmó a regañadientes el proyecto presupuestario sin haber logrado los 25 mil millones de dólares para el muro y reiteró su apoyo a los dreamers culpando a los demócratas por el fracaso de DACA. Karina cuyo permiso vence el año entrante, siente que Trump usa a los dreamers como moneda de cambio.
Siento que a veces usan este tema de los dreamers para sacar lo que ellos quieren para su propio beneficio y nunca para el beneficio de la gente, para el público. Siento que a muchos si nos han usado”, precisó Karina Dávila, dreamer mexicana.
Para los dreamers humanizar su lucha es lo más importante ahora, hacerle saber a la sociedad estadounidense y sobre todo a los políticos, que tienen rostro, nombre, apellido y muchos sueños que cumplir.
Con información de Marisa Céspedes
HVI
