Este lunes se dio a conocer la versión corregida de la acción ejecutiva de la administración Trump que busca vetar la entrada a Estados Unidos de personas de seis países mayoritariamente musulmanes.
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La orden ejecutiva firmada en la mañana por el presidente Trump protege a Estados Unidos de la entrada de terroristas extranjeros y es una medida vital para fortalecer la seguridad de la nación.
La firma del documento se retrasó por una semana, con el fin de mejorar la coordinación con agencias federales. En esta ocasión y a diferencia del primer intento, el mandatario firmó la orden en privado, sin ofrecer ninguna explicación.
La orden contempla la suspensión por 90 días del procesamiento de visados a ciudadanos de Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen, tiempo en el que la nueva administración analizará y determinará mejores protocolos que fortalezcan la seguridad nacional y criterios más firmes para otorgar visas.
Sin embargo, el nuevo instrumento, sólo aplica para nuevos solicitantes de visa, no para aquellos que ya cuentan con ella, también están exentos, originarios de esos países con residencia legal permanente.
La medida que se espera entre en vigor a partir del 16 de marzo, es un sustituto de aquella que firmó la última semana de enero y que buscaba evitar la entrada de ciudadanos de siete países de Áfirca y Medio Oriente y que fue rechazada el mes pasado por la novena Corte de Apelaciones.
A diferencia del pasado intento de veto migratorio y a petición del Pentágono y del Departamento de Estado, este no incluye a Irak y fue diseñado de tal forma que enfrenta menos retos legales para su pronta implementación.
A cambio, el gobierno iraquí se ha comprometido a reforzar su intercambio de información sobre ciudadanos potencialmente peligrosos.
El Secretario de Estado Rex Tillerson afirmó que Irak es un importante aliado en la lucha contra el Estado Islámico.
El nuevo documento suspende la entrada de refugiados de todo el mundo a la Unión Americana incluidos los de Siria por 120 días. La orden anterior prohibía de manera indefinida el ingreso de refudiados sirios a territorio estadounidense.
Durante ese periodo el Departamento de Seguridad Nacional y el de Estado podrán otorgar un permiso especial de entrada a ciertas solicitudes de refugiados, a pesar de que el gobierno considera que el programa de refugiados puede servir para la entrada de terroristas.
Jeff Sessions, fiscal general de Estados Unidos dijo que “la mayoría de las personas condenadas en una corte por crímenes relacionados con el terrorismo desde el 11 de septiembre llegaron aquí procedente de Irán, también vimos que muchas personas que buscaban apoyar o cometer actos terrotistas trataron de entrar usando nuestro programa de refugiados”.
“De hecho, hoy en día más de 300 personas, de acuerdo con el FBI, que llegaron aquí como refugiados están siendo investigados por la agencia por actividades relacionadas con el terrorismo”, explicó en conferencia de prensa el fiscal Sessions.
Los líderes demócratas en el Congreso han reprobado la nueva prohibición del presidente y han asegurado que es tan sólo una versión diluida de la firmada el 27 de enero.
Algunos grupos civiles han afirmado que el veto constituye discriminación por motivos religiosos, en específico la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles ha asegurado que el decreto volverá a ser bloqueado por Tribunales mientras que la Conferencia del Consejo de Relaciones Islámico Americanas calificó lo ocurrido como una victoria parcial para los derechos de los inmigrantes.
Desde que llegó a la Casa Blanca hace más de seis semanas, Trump ha dedicado gran parte de su tiempo a cumplir con las controversiales promesas que hizo a sus votantes a lo largo de año y medio de campaña, esta orden ejecutiva forma parte de esos compromisos.
Con información de Valentín Cataldo.
FJMM
