Doctor español enfrenta juicio por bebés robados en la era de Franco

Un anciano ginecólogo fue el martes a juicio acusado de haber robado un menor en 1969 y haberlo entregado a otra mujer, convirtiéndose en la primera persona que se sienta en el banquillo por el escándalo de los “bebés robados” en el que hay miles de afectados en España.

Fuera del tribunal había activistas con camisetas amarillas y el eslogan “Justicia” protestando para tratar de reabrir otros casos similares archivados que datan desde tiempos de la dictadura de Francisco Franco, entre 1939 y 1975.

Los manifestantes dicen que los responsables tomaban niños de madres, a menudo sin recursos económicos o de afiliación política contraria al régimen, y se los daban a familias vinculadas con el Franquismo.

El doctor Eduardo Vela está acusado de los delitos de falsificación de documento oficial, detención ilegal de un menor y suposición de un parto mientras trabajaba en la Clínica San Ramón de Madrid. Él niega haber cometido delitos.

La fiscalía pide 11 años de prisión para Vela, según el escrito de acusación.

La demandante es Inés Madrigal, una mujer de 49 años que acusa a Vela de falsificar su partida de nacimiento en 1969 para hacer pasar a su madre adoptiva por su madre biológica.

Los miembros de asociaciones de afectados dicen que centenares de casos similares no han podido llegar a juicio en España por falta de pruebas o porque habían prescrito.

Este doctor, denunciado desde hace años por la prensa, será el primer presunto responsable de robo de bebés en sentarse en el banquillo de los acusados, gracias al testimonio de la madre adoptiva de Inés Madrigal, Inés Pérez, ya fallecida.

Después de años intentando en vano tener un hijo, Inés Pérez contó que Vela le “regaló” un bebé. El doctor le pidió simular un embarazo y luego la declaró como madre biológica de la recién nacida.

Escándalo de bebés robados en España (Reuters)

Ante la justicia, Vela reconoció en 2013 haber firmado el expediente médico, que indicaba que asistió al parto, argumentando que “firmaba cosas sin leerlas”.

“En el juzgado yo consto como hija de una mujer estéril que nunca parió”, resume Inés Madrigal.

Casos como este podrían contarse por decenas de miles, según organizaciones que desde 2010 buscan sacar a la luz este tráfico que comenzó bajo la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), frecuentemente con la complicidad de la Iglesia católica.

Los hijos les eran arrebatados a los padres tras el nacimiento y declarados muertos, sin que se aportaran pruebas de ello, y adoptados por parejas estériles, de preferencia cercanas al régimen “nacional católico”.

Tras la Guerra Civil (1936-1939), el objetivo era castigar a los adversarios acusados de transmitir “el gen rojo” del marxismo, afirma Soledad Luque, presidenta de la asociación “Todos los niños robados son también mis niños”.

Pese a la amplitud del escándalo, denunciado por primera vez en la prensa en 1982, ninguna de las más de 2, 000 denuncias de hechos similares ha llegado a buen puerto.

El doctor Vela, “simplemente con acogerse a su derecho a no declarar”, puede impedir que se sepan más cosas, lamenta Cristina Moracha.

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Con información de Reuters

HVI