Las mujeres que trabajan como voluntarias en las labores del terremoto del pasado 19 de septiembre, no reciben nada a cambio, y están dispuestas a estar día y noche en apoyo de las víctimas del sismo.
Yo estuve desde ayer, desde las 6 de la tarde esperando un turno y hoy entré a las 9 de la mañana. Hoy nos tocó subir al edificio. Cargamos, pasamos botes, ayudamos a los bomberos”, dijo Mariana Chávez, voluntaria de 28 años.
Ni la edad ni el género es lo importante, sino las ganas, la voluntad e incluso la valentía de exponerse al riesgo.
Hay mucha gente que dice es que estás flaquita, o no puedes ayudar de verdad es increíble cómo la fuerza sale de algún lado y puedes ayudarle a toda la gente en lo que sea acopio, escombro, a la gente que está en los albergues”, explicó María Fernanda Canseco de 24 años.
Su esfuerzo ha sido básico para levantar incluso los ánimos de los más vulnerables.
Yo cargué, ayudamos con agua, corrimos ayudamos en todo, conscientes que, aunque no haya vida se tiene que limpiar y tenemos que construir y tenemos que apoyar y apoyar a los albergues, y no necesitas un ‘gracias’ porque es tu país, somos todos y creo que no hay más que seguir adelante”, señaló Karla Fernanda Maciel Castro, de 23 años.
Al igual que los hombres, portan cascos, botas, arneses, guantes y cubre bocas para protegerse.
Este es un desastre que ya viví cuando era estudiante en el 85 y creo que las manos que podamos poner es de mucha ayuda”, agregó la médico general, Arcelia Sánchez Bravo.
El edificio donde yo trabajaba se empezó a caer el techo, y pues sí me sentí obligada a que, si no me pasó algo gracias al destino, a la vida no sé, pues tengo que ayudar también a la gente. Soy joven estoy fuerte y mientras pueda seguir ayudando lo voy a seguir haciendo”, aseguró María Fernanda Canseco.
Con información de Farah Reachi.
LLH
