ACCIDENTES

Desplome de avión en Durango: ‘Microrráfaga’, posible causa

Este miércoles, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) presentó una conclusión preliminar sobre las causas del accidente aéreo del pasado 31 de julio, cuando el vuelo 2431 de Aeroméxico sufrió un accidente al momento del despegue en el aeropuerto de Durango.

Lo atribuyeron a un fenómeno conocido como “microrráfaga” de agua y viento, pero la SCT también confirmó la existencia de un tercer piloto que ingresó a la cabina sin autorización y que fue el que realizó las primeras maniobras de despegue en la pista.

El 31 de julio, el vuelo AMX2431 de Aeroméxico, desplomó a 400 metros de haber despegado.

No fue una falla mecánica, ni humana, aseguran el director de Aeronáutica Civil y el director de Análisis de Accidentes e Incidentes de Aviación de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

Avances en la investigación

Durante la presentación de los avances en la investigación, se informó que hasta el momento no se tienen las causas exactas del incidente.

(Twitter @SCT_mx)

“La explicación técnica detallada se tendrá, en el momento en que la Comisión Investigadora, emita su dictamen final. Lo que hoy estamos presentando, es un reporte de avances con los indicios, encontrados a la fecha y las líneas de investigación que se están siguiendo”, indicó Luis Gerardo Fonseca, director de Aeronáutica Civil.

“En cuanto a los funcionamientos de los motores, no existe una evidencia que arroje está gráfica que los motores hayan tenido un problema técnico o mecánico”, apuntó José Armando Constantino Tercero, director de Análisis de Accidentes e Incidentes de Aviación de la DGAC.

Al ser el cuestionado el representante de Aeroméxico sobre la presencia de un tercer piloto en la cabina, cuando la capacidad solo es de dos personas, así respondió.

“Este tipo de conductas, procederemos ante las autoridades correspondientes. Pero siguiéndonos como explicó el ingeniero Fonseca, al espíritu del anexo 13. Serán las autoridades que actúen de acuerdo a los procedimientos de ley”, añadió Roberto Duhart, director de Seguridad Corporativa de Aeroméxico.

Hasta el momento la línea de investigación que están siguiendo es la intervención de un factor meteorológico.

“Nos indica que hubo la presencia de un factor externo que pudo provocar este suceso. El factor externo, apoyados con la información, proporciona el grupo de meteorología se detectó la ocurrencia de una microrráfaga. El viento empieza a circundar la aeronave presentando un viento de frente, posteriormente un viento cruzado, y termina con un viento de cola que le disminuye la eficacia de las alas produciendo una falta de levantamiento”, añadió José Armando Constantino Tercero.

Hasta el momento, Aeroméxico se ha hecho cargo de los gastos médicos y necesidades de los pasajeros accidentados.

(Twitter @SCT_mx)

El desplome

A las 15:16 horas del pasado 31 de julio la torre de control del aeropuerto “Guadalupe Victoria” de Durango autorizó el despegue del vuelo 2431 de Aeroméxico Connect, con destino a la Ciudad de México.

El avión llevaba 99 pasajeros y cuatro tripulantes: Un piloto, un copiloto y dos sobrecargos.

Piloto aprendiz operó el avión

La investigación preliminar de la DGAC detectó que en la cabina iba un tercer piloto, en fase de “entrenamiento”, quien tomó el lugar del copiloto asignado al vuelo, Daniel Dardon.

“Se detectó una cesión de habilitación en ruta en un tripulante, que no estaba autorizada”, apuntó José Armando Constantino, presidente de la comisión investigadora de la DGAC.

“El piloto en entrenamiento ocupó la posición del copiloto y con el acompañamiento del comandante realizó las maniobras iniciales de preparación de la carrera de despegue hasta que el comandante le solicita los mandos de la misma y es quien finalmente lleva la aeronave cuando se presentó el evento”, añadió Luis Gerardo Fonseca, director de Aeronáutica Civil de la SCT.

El avance de la investigación no deja claro cuál fue el momento exacto en el que el capitán Carlos Galván retomó el control de la aeronave.

Según la indagatoria, a las 15:24 horas, el avión Embraer 190 inició la carrera de despegue.

Recorrió dos terceras partes de la pista, de dos mil 900 metros.

Se elevó entre ocho y 10 metros hasta que perdió sustentación, es decir, la capacidad de mantenerse en el aire.

Cayó e hizo contacto con el ala izquierda, se salió de la pista y se desplazó mil 280 metros hasta detenerse.

En el trayecto, los dos motores de la aeronave se desprendieron.

A pesar de la participación no permitida de un tercer piloto, las autoridades aeronáuticas consideran como principal hipótesis del accidente el clima, pues no han detectado fallas mecánicas ni errores humanos.

 “Microrráfaga”, posible causa

“Se detectó la ocurrencia de una microrráfaga. El viento empieza a circundar la aeronave presentando un viento de frente, posteriormente un viento cruzado, y termina con un viento de cola que le disminuye la eficacia de las alas produciendo una falta de levantamiento”, argumentó José Armando Constantino.

Las cámaras de seguridad del aeropuerto muestran que previo al despegue había condiciones meteorológicas de visibilidad, una situación que “cambió súbitamente” y de forma atípica” en pocos minutos.

“Se construyó un escenario que fue llevado a los simuladores para evaluar el desempeño de la tripulación durante esta operación. Se llevó a cabo una sesión con varias tripulaciones en el simulador. Se detectó que ninguno de ellos pudo alcanzar un resultado distinto, diferente, del que se presentó el día del accidente”, dijo José Armando Constantino.

El informe final con las conclusiones y recomendaciones del accidente se dará a conocer a finales de noviembre.

Con información de Amador Narcia Crespo y Jesús Bahena.

LLH