En Guerrero, los desplazados de San Miguel Totolapan permanecerán por tiempo indefinido en un campamento de Atoyac de Álvarez, en espera de que las autoridades garanticen la seguridad en sus comunidades.
Casi en toda la región de la sierra han sembrado terror por lo mismo de que andan queriendo obligar a la gente a que trabaje para ellos en la banda de ‘Los Tequileros'”, relató Carlos, desplazado de su comunidad por el crimen organizado.
En pueblos como La Gavia, San Miguelito, Yolotla, Aguililla y Laguna de Hueyanalco, está represente el grupo de “Los Tequileros”.
Algunos habitantes se ven obligados a pagarles por comercializar sus productos.
Si vendías maíz, semillas, calabaza, te pedían cuota, si vendías ganado igualmente te pedían un peso por cada kilo que pesara el animal”, agregó Carlos.
Escuela abandonada en Teloloapan, Guerrero. (Foto: Getty Images)
Otro de los desplazados, quien es ganadero y habló bajo condición de anonimato, relató que se vio obligado a salir de su comunidad debido a que “Los Tequileros” lo acosaban para que trabajara con ellos.
Teníamos a fuerza que entrar con ellos para cubrir el pueblo, decían que si queríamos que hubiera paz en nuestros pueblos, teníamos que participar con ellos, que si llegaba el Ejército, nosotros, los hombres, y las mujeres teníamos que salir al frente a hacerles ruido, mientras ellos, los que traen armas de calibres más gruesos, se retiraban”, narró.
En diciembre de 2016, un grupo de mujeres fue enviado a San Miguel Totolapan para manifestarse y tratar de liberar a 20 detenidos que las autodefensas vinculaban con el líder de “Los Tequileros”.
Negarse a colaborar con “Los Tequileros” puede significar la muerte, aseguran los habitantes desplazados de San Miguel Totolapan.
Obligando a la gente a que les pague cuotas, andan haciendo mucho desmadre, levantando gente, secuestrando, a mi padre de hecho se lo llevaron el seis de enero y hasta la fecha no aparece”, denunció Carlos.
Ante la violencia que viven en esta región, 92 personas abandonaron la comunidad de Laguna de Hueyanalco para refugiarse en Atoyac de Álvarez, en la costa grande de Guerrero.
A ver si podemos vivir en paz, nosotros es lo que queremos, es lo que siempre hemos hecho: trabajar para vivir en paz, para sacar adelante a la familia”, afirmó Carlos.
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Con información de Isaac Flores
LHE
