El pasado 7 de julio, Ricardo Beltrán, mexicano que reside en San Luis, Arizona, cruzó por el puente fronterizo San Luis Río Colorado, Sonora, para atender su rancho y fue detenido por agentes, llevaba tres rollos de cordón de plástico, con un costo de 35 dólares.
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Denunció que los agentes aduanales le pidieron una “mordida” de 20 dólares y al negarse, lo multaron con mil 218 pesos. La franquicia de ingresos del SAT permite ingresar mercancía hasta por 500 dólares. Además, le cobraron 6 mil 220 pesos por usar su teléfono para denunciar el presunto abuso y corrupción de los agentes aduanales.
“Por haber llamado a ustedes como reporteros, ahora el administrador llegó, hay testigos, que es una persona, llegó amenazándome”, dijo Ricardo Beltrán, residente de San Luis, Arizona.
“El ciudadanos ingresó por un carril no autorizado para no poder declarar, se le sometió al reconocimiento aduanero y traía cerveza y algunas otras partes escondidas”, señaló Alejandro Aguirre, administrador de la aduana del SAT.
Beltrán sostuvo que los agentes aduanales, bajo la dirección de Alejandro Aguirre Ruiz, cobran entre 200 y 500 dólares, para cruzar de manera ilegal vehículos americanos, lanchas y maquinaria a México.
“Si algo me llega a pasar y él me amenazó que me iba a pesar”, insistió Ricardo.
“Todo el tiempo que viene uno a México, óyeme no se me hace justo, me cobraron 50 dólares, 200 pesos por una lavadora”, reiteró Adriana Valtierra.
Otro caso registrado por la prensa local ocurrió cuando una familia denunció que agentes les quitaron los papeles de su auto americano y les pidieron mordida para seguir su camino. Y en junio, en esa misma aduana, un agente habría cobrado 500 dólares por dejar pasar una lancha sin papeles.
A raíz de las denuncias de abuso y corrupción, el SAT está integrando un expediente en contra del administrador Alejandro Aguirre, y sus agentes. Él respondió:
“Todos los servidores públicos somos seres humanos también, vivimos, luchamos, nos encabronamos, la cagamos. No anden con pendejadas. Ahí está su pinche negocio si lo quieren, ahí está su aduana, quien no quiera creérmelo pos que, ahí está”, concluyó.
Con información de Fátima Monterrosa
KAH
