La demandante, Leigh Corfman, saltó a los titulares de los medios de comunicación el pasado noviembre cuando, en plena campaña electoral, acusó a Moore de haber abusado sexualmente de ella en la década de los años 70, cuando tenía 14 años de edad.
Según el relato de Corfman, ambos se conocieron cuando Moore tenía ya 32 años. Tras pedirle su número de teléfono mantuvieron una cita, en la que él intentó sobrepasarse con ella dentro de su auto.
Esta primera acusación por parte de Corfman animó a otras siete mujeres a realizar alegatos similares, lo que provocó que Moore se viera envuelto en una enorme polémica que, a la postre, le costó a él las elecciones y a su partido el perder un asiento en el Senado que estaba en su poder desde hace 27 años.
El entonces candidato, que ahora tiene 70 años, tachó de “rotundamente falsas” las acusaciones, y las achacó en un comunicado a “un intento desesperado del partido nacional demócrata y del Washington Post de atacar políticamente” a su campaña.
El equipo de Moore afirmó en otro comunicado que la “basura” publicada por el Post es “la pura definición de una noticia falsa”, y añadió que si las acusaciones fueran ciertas, habrían salido a la luz durante sus otras campañas políticas.
Según explica Corfman, su intención no es obtener ningún tipo de compensación económica con esta acción judicial, sino que lo que busca es una sentencia que establezca que se ha producido dicha difamación, para que así ni Moore ni su equipo puedan seguir hablando de ella.
Con información de EFE.
RAMG