En San Diego, California, Estados Unidos, un hospital enfrenta demandas de 88 mujeres que fueron grabadas por cámaras escondidas en la sala de ginecología.
Desde julio de 2012 hasta junio de 2013, unas mil 800 mujeres fueron videograbadas en los tres quirófanos del centro hospitalario Sharp Grossmont que se encuentra en La Mesa, un suburbio del noreste de San Diego (California).
Los demandados argumentan que las cámaras fueron instaladas en los estantes de anestesia con la intención de atender un problema de robo de medicamentos.
Sin embargo, debido a que las cámaras instaladas eran de movimiento, prácticamente cualquier actividad quedó registrada.
En las imágenes se captaron partos por cesárea, abortos espontáneos, histerectomías y procedimientos de esterilización, según la demanda.
Las demandantes alegan que “estos videos muestran a pacientes inconscientes, desnudas en las mesas de los quirófanos y sometidas a procedimientos médicos”.
“Debido a la naturaleza de estos procedimientos, el video capturó a las mujeres mientras estaban expuestas emocional y físicamente, a menudo desnudas y sus áreas genitales eran visibles”, añaden.
“Soy madre de cuatro niñas. Predico con el ejemplo”, dice la principal demandante, Jessica Lincoln, a NBC San Diego. “Soy una persona bastante radical en cuanto a lo que está bien y lo que está mal, y esto está mal”.
Otra demandante, Melissa Escalera, dijo que fue grabada en secreto mientras daba a luz a su hija por una cesárea de emergencia en septiembre de 2012.
“Cuando llegué en ambulancia y me llevaron a la sala de operaciones en una camilla, mi preocupación era mi hija, que estaba en apuros y llegó seis semanas antes”, cuenta esta mujer.
“No estaba planeando tener un bebé ese 4 de septiembre”, explica. “Fue un momento muy estresante y sensible. Nadie me pidió grabar uno de mis momentos más tiernos y que me cambiaron la vida”. “Nunca habría aceptado que me grabaran en ese momento vulnerable”, añade.
Con información de NBC News.
RAMG
