En Perú, el 60 por ciento de las víctimas de trata de personas son menores de edad. Generalmente son niños de provincias traídos a Lima, usualmente mujeres.
Explotación sexual y laboral son las modalidades de trata más recurrentes. Y aun cuando en los dos últimos años más de mil menores fueron rescatados de las manos de los mafiosos, la cifra de víctimas es incalculable.
La trata de personas es un delito que no le esclaviza en realidad físicamente a la víctima, le esclaviza mentalmente. Son cadenas invisibles que lamentablemente los operadores no podemos mostrarla ante el juez”, explica Miluska Romero, fiscal especializada en trata de personas.
De allí que muchos lo conocen como el delito invisible. De allí también los altos índices de impunidad.
“Este tratante las envuelve de tal manera que se hacen dueños de su voluntad y pareciera externamente que una víctima de trata, voluntariamente está insertándose en este contexto de explotación y no es así”, añade Miluska Romero.
La trata de personas es uno de los delitos más graves que se cometen en Perú y en muchos casos está relacionada con otras actividades ilícitas como el narcotráfico.
Las condenas por trata de personas fluctúan entre los 8 a 15 años de prisión, pero las denuncias son muy pocas. En realidad es un problema muy común en la región.
Mientras exista la moderna esclavitud, que es la trata de personas, México, Perú, ninguna nación, jamás podrá prosperar. La trata de personas vulnera todo el tejido social”, dice por su parte Rosi Orozco, presidenta de la asociación Unidos versus trata de México.
Expertos latinoamericanos reunidos en Lima admiten que es muy costoso ayudar a una víctima de trata.
En vista que los recursos son insuficientes, el Estado deja de lado la protección de las víctimas. En el caso de Perú, por ejemplo, sólo hay tres albergues para víctimas de trata. Todo lo que cC
Con información de Ricardo Burgos, Noticieros Televisa
AAE
