CRIMEN Y SEGURIDAD

Damnificados en Juchitán empiezan a dejar los albergues tras el sismo

En Juchitán, Oaxaca, poco a poco los damnificados comienzan a regresar a sus casas, tras el terremoto del pasado 7 de septiembre.

Buena parte de los albergues y refugios que se habían instalado durante la emergencia ya fueron levantados, mientras que otros se van quedando sin gente.

“Están regresando porque dicen, no pues, no es lo mismo estar en el albergue que estar en la casa, aquí pues ya haces tú comida, ya estás ahí, ya están las camas. Por ejemplo, yo vi otros albergues también y como ellos también, es que cuando pues ya ves que no es cómodo estar viviendo en un lugar así”, explicó Guadalupe Aquino Román, habitante de Juchitán.

Guadalupe y su esposo Francisco se refugiaron en el albergue La Canchita, en la Segunda Sección de Juchitán, durante cuatro semanas.

Sin embargo, con la llegada de los vientos, decidieron junto con vecinos y familiares cerrar el albergue y acomodarse en el patio de su casa.

“Pues más que nada reparar la vivienda que se dañó y empezar a agarrar valor, poquito a poquito, subirnos para arriba, y para abajo, pero ya estar preparado para todo. No queda de otra, porque también estar afuera mucho tiempo pues como que no, es la incomodidad, frío, calor, los moscos, todo, el aire, sí”, manifestó Francisco Robles, habitante de Juchitán.

Ahora, La Canchita luce vacía, al igual que muchos otros puntos que sirvieron de refugios comunitarios para los damnificados de Juchitán.

De acuerdo con el Gobierno de Oaxaca, de los 275 refugios comunitarios que se instalaron al inicio de la emergencia, más del 90 por ciento ya fue levantado.

Sólo quedan algunos, como el de la Pista Ike Guidxhi, donde siguen instaladas 20 familias.

“Sí, ya queremos irnos, de hecho, estamos esperando la demolición de las casas e irnos, nuestra intención no es quedarnos acá”, reconoció Lucila Morales Antonio, habitante de Juchitán.

Ahora, muchos de los refugios lucen así, con casas de campaña y lonas vacías, lo que tampoco significa que la vida de los damnificados se haya normalizado por completo y por ello, las autoridades federales y estatales mantienen activa la fase de emergencia.

Con información de Jorge Morales

AGHO